Gracias a KstewartFan.org
Kristen cumple 20 años!
Este 9 de Abril...
Y hay una página donde puedes dejarle tu deseo de cumpleaños, ésta contiene mensajes de felicitaciones de miles de sus fans.
Feliz Cumpleaños, Kristen! te deseamos un magnifico año lleno de exitos y muchos logros! no podemos esperar por ver que te espera mas adelante!
Este libro de cumpleaños es un proyecto entre KSF.org y KstewartFans en LJ.
Todos las felicitaciones de cumpleaños puedes envialos aqui:
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Preferiblemente en Ingles ;)
domingo, 4 de abril de 2010
FANFICTION: Porcelana.
Bueno ha diferencia de otros fics q he subido en este caso la genial autora me autorizo y yo estoy muy feliz y agradecida con ella por eso...les comparto su Hermoso fic aca.....si quieren comentar, preguntar o algo no duden en hacerlo....;)
Bueno no se olviden que los creditos y meritos son para la genia q escribio este hermoso fic:
"T.G.Kira" (Stefany) ella sube este fic en una pagina de fanfictions .
BUENO SIN MAS QUE DECIR LES DEJO EL OCTAVO CAPITULO DE PORCELANA:
PORTADA
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8.EL CENTRO DE MI MUNDO
Firmaba unos papeles antes de retirarme a mi casa, mientras lo hacía no podía dejar de pensar en el hermoso detalle que Edward había tenido conmigo. Era raro que se mostrara tan distante a veces y en diferentes situaciones me tratase con tanta dulzura y cariño, como si fuese algo muy preciado para él. Su actitud me confundía.
Tan concentrada estaba que no note que Jessica estaba junto a mí, hasta que me hablo y me dio un susto de muerte.
-Lo lamento mucho, Bella. Pensé que me habías notado- se disculpó.
-Si, lo lamento pero es que estoy un poco distraída.
-Y no es para menos. Con lo que te paso ayer yo también estuviera en otro mundo. Por cierto te he buscado a la hora del almuerzo para saber cómo estabas, pero no te encontré.
-No te preocupes Jessica estoy perfectamente bien.
-Me alegro. Y qué bueno que no te paso nada grave. Ya sabes, los esquizofrénicos son muy peligrosos- comento de manera distraída.
-¿Esquizofrénicos?- pregunté confundida.
-Si ¿No sabes quién era el paciente que te ataco? Su nombre es Jacob Black, parece una esquizofrenia muy grave. No sabes lo que me preocupe y por eso me puse a averiguar- Jessica siguió parloteando mientras pensaba en el pobre chico. A lo mejor era de esos casos que jamás dejarán este lugar, que serán incapaces de llevar una vida normal algún día.
!Pobre!
-Stanley, deja de perder el tiempo- apareció Sue regañando a Jessica, inmediatamente ella desapareció de mi lado para hacer lo que se que Sue le hubiese encargado.
-Isabella, no he tenido oportunidad de preguntarte ¿Como estas?
-Estoy bien Sue, no te preocupes- contesté con una sonrisa cansada.
-Me alegro, cariño. Y no te asustes, cosas así pasan todo el tiempo en lugares como estos, es cuestión de acostumbrarse- ante sus palabras reí nerviosamente, no podría acostumbrarme a sustos de esa magnitud.
-Por cierto, el Dr. Cullen me ha pedido que te dijese que si podrías venir mañana un poco más temprano. Quiere hablar contigo, iba a hacerlo hoy pero se le presento una emergencia familiar y no pudo hacerlo.
-Está bien. No hay problema, nos vemos mañana- me despedí de Sue.
-Cuídate mucho- dijo con una sonrisa mientras volvía su mirada a los papeles que estaban en el escritorio.
Caminaba hacia la salida cuando escuché como alguien me llamaba. Me detuve y me di la vuelta para ver quién era.
Pude ver a un hombre corriendo hacia mí, en cuanto estuvo más cerca pude reconocer quien era.
-Bella, que bueno que te alcance- era Demetri, llevaba ropa de calle y cargaba un maletín pequeño.
-¿Sucede algo?- pregunté con curiosidad.
-No, solo quería acompañarte- dijo con una sonrisa.
-mmm…. está bien- así ambos salimos juntos.
-¿Vives muy lejos?
-Un poco, pero tomo un taxi. ¿Y tú?
-Vivo a unas calles de aquí. Pero podría hacerte compañía en lo que tomas un taxi-
-Gracias, la verdad es que da un poco de miedo estar en la calle en la noche sola- sonreí ante su amabilidad
-Y tomando en cuenta que eres una linda chica corres más peligro- dijo con una sonrisa juguetona, me sonroje ante sus palabras.
No supe que contestarle, me sentí muy apenada por su comentario. Que aunque fue lindo, no me hizo sentir cómoda.
En cuanto paso un taxi le hice parada, me despedí de Demetri con un gesto de mi mano y me subí al auto.
En un tiempo record llegue a casa. Subí rápidamente las escaleras de mi edificio. Cuando estuve frente a la puerta de mi departamento, pude ver como Alice salía del suyo.
-¡Bella! Hola- exclamo con alegría al verme.
-Buenas noches, Alice- salude.
-Estaba por ir a buscarte, ¿Quieres cenar conmigo?- pregunto con alegría.
-Claro, solo déjame cambiarme.
-Está bien, dejare la puerta abierta para ti- dijo mientras volvía a entrar a su apartamento.
Sonreí ante su entusiasmo, cada vez que la veía siempre tenía una sonrisa pintada en su cara. A pesar que vivía sola, miraba el mundo con alegría.
Entre a mi apartamento, y pase a mi habitación para poner mi maletín en la cama y rebuscar en mi armario por ropa limpia y cómoda. Una vez me había cambiado, rebusque en mi maletín la rosa que me había obsequiado Demetri, se empezaba a secar pero aun se veía bonita. La coloque en un pequeño jarrón que había junto a mi cama para que adornara la habitación.
Luego, me dispuse a sacar el hermoso dibujo que Edward me había dado, con mucho cuidado lo saque de en medio del folder. Lo aprecie una vez más, deteniéndome en cada detalle, en verdad era hermoso.
Suspire mientras buscaba un lugar donde ponerlo. Decidí que se vería bien en el espejo, de momento.
Con cuidado lo coloque en mi espejo. Tendría que conseguir un cuadro para poder ponerlo y que no se dañara. Me dolería mucho si eso le pasara. Sonreí un momento mientras lo veía, Edward tenía mucho talento, sería un estupendo artista, podría ganar millones si el estuviese completamente bien. Mi sonrisa decayó.
Recordé, que Alice me esperaba así que decidí dejar mis pensamientos para más tarde. Volvía a salir del apartamento.
Cuando estuve frente a la puerta de Alice solo la empuje. Al hacerlo el exquisito aroma de comida de golpeo.
Fije mi vista en la cocina, pero Alice no estaba ahí.
-¿Alice?- llame
-En un momento salgo, siéntate- grito Alice desde su habitación.
Me senté en uno de los cómodos sillones de Alice y recosté mi cabeza contra el reposabrazos. Junto al sillón estaba la mesita del teléfono, inconscientemente dirigí la vista a la mesita, note un sobre debajo del teléfono se veía muy viejo, la curiosidad me gano. Me enderecen de mi posición y lo tome.
Estaba dirigido a: Mary Alice Brandon.
¿Brandon? ¿Qué no era Drew?
Volví a escrutar el sobre. En donde debía estar el remitente solo estaba dos iniciales: J. W.
¿Quién podía ser?
Tuve la idea de abrirlo, pero eso sería demasiado, no quería ser una entrometida. Deje el sobre en su lugar y volví a reclinarme en el sillón.
Pensaba y pensaba acerca de ese sobre. Decidí que a lo mejor era una coincidencia o algún error, lo deje pasar y me olvide del asunto.
Cerré mis ojos y cuando estuve a punto de caer dormida Alice salió de su habitación.
-Perdóname por tardar. Tuve un accidente en la cocina y tuve que cambiarme de ropa-
-No te preocupes- dije quitándole importancia.
Pronto, ambas nos sentamos a la mesa a disfrutar de la deliciosa comida que ella había preparado.
La conversación paso amena, hasta que Alice noto mis muñecas.
-¿Qué te paso ahí?- pregunto señalando mis muñecas.
-Fue un accidente- dije mientras bajaba mis brazos para esconderlos debajo de la mesa.
-No me mientas-
-No te miento- dije a la defensiva.
-Por favor, dime que te paso- rogo y ante esto no tuve más que contarle lo que me había pasado.
Ella se preocupo tanto, pero yo le asegure que no volvería a pasar.
Después de un rato de hablar de eso, me despedí de ella. Estaba muy cansada y mañana debía estar temprano en el hospital.
-Buenas noches- me despedí mientras le daba un abrazo- Y gracias por la cena, estuvo deliciosa
-Buenas noches y cuídate mucho Bella, ¿Si?
-Tu sabes que lo hare- con esas últimas palabras Salí de su apartamento.
------------
Llegue cuarenta y cinco minutos antes de la hora de siempre. En cuanto llegue Sue me indico que Carlisle me esperaba.
-Buenos días- salude mientras entraba a su oficina.
-Bella, buenos días. Disculpa que te hiciera venir más temprano pero quería tratar algo contigo,
-No se preocupe, para mí es un gusto.
-Primero que nada ¿Cómo está tu padre?
-Muy bien doctor, hable con mamá hace unos días y dijo que ya estaba fuera del hospital. No tengo como agradecer su ayuda.
-No tienes que agradecer nada- dijo con una sonrisa- Ahora, me gustaría hablarte de Edward.
Sentí que perdí los colores cuando lo menciono.
-¿Le ha pasado algo?- pregunte con temor.
-No, no. Tranquila el está perfectamente- dijo apresuradamente al ver mi reacción- Lo que quería tratar contigo es acerca de sus salidas.
-¿Salidas?- pregunte con confusión.
-Veras, Edward no tiene por qué estar encerrado, clínicamente hablando. El podría salir si lo quisiera, el punto es que no ha querido hacerlo, hasta ahora- explico con una sonrisa- El día de ayer me pregunto si podía hacerlo. Obviamente debía hablarlo contigo primero, pero le di un sí. Puede estar fuera todo el día si lo desea, pero te recomiendo el jardín, tiene mucho tiempo de no salir de su habitación y pues la única indicación es que no te separes de él. ¿Esta claro?
-Si, doctor. No se preocupe. Y me alegra que Edward este avanzando.
-No más que a mi Isabella, te puedo jurar que el más emocionado con esto soy yo. Llevo años tratando que el salga de su reclusión, la única que lo ha hecho salir ha sido mi esposa y solo fueron un par de veces- su semblante cambio drásticamente a uno triste.- Muy bien, Bella, eso es todo puedes retirarte.
Casi inmediatamente me levante de la silla y sali de su oficina.
Estaba emocionada por salir con él. Sería un lindo cambio.
Sin pensarlo dos veces camine a la habitación de Edward.
Entre y Edward ya me esperaba.
-Viniste temprano- dijo sorprendido- Buenos días.
-Buenos días. – Salude mientras acomodaba las cosas del desayuno en la mesa-ven siéntate y apresúrate a comer. Carlisle me ha dicho que quieres salir de aquí, así que hoy lo haremos- dije con entusiasmo.
El hizo lo que le pedí, desayuno rápido y luego tomo su medicamento.
-¿te gustaría dibujar afuera?- le pregunte.
-Si- contesto en un susurro.
-Por cierto, gracias por tu dibujo, me encanto- dije con una enorme sonrisa.
-Me alegra que te gustase.- cuando lo dijo pude ver su mirada esmeralda brillar y tenía un ligero rubor en las mejillas.
-Muy bien. ¿Estas listo?
-Creo que si- dijo dudoso.
-¿Qué pasa?
-Tengo miedo, sé que es tonto. Pero temo el salir de aquí, ver a esas personas que me verán como si fuera de otro planeta o algo así.
Se me partió el corazón al verlo tan indefenso. Lo único que pude hacer fue abrazarlo. Jamás lo había hecho, pero sentía que era lo que el necesitaba en ese momento.
Lo estreche fuertemente, él se quedo estático por un momento pero luego sentí como sus brazos me rodeaban de una manera que me hizo estremecer.
-No debes temer, yo estaré ahí contigo- susurre contra su piel.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo- dije mientras me separaba de él y tomaba su mano para empezar el recorrido hacia el jardín. Cuando su mano hizo contacto con la mía sentí una fuerza muy poderosa entre los dos, algo que nunca había sentido, pero no las separe.
Los pasillos estaba desolados como siempre, pero en cuanto llegamos al hala principal, todo el personal tanto doctores como enfermeros lo veían.
El apretaba mi mano, por lo incomodo que se sentía y yo repetía el acto para que el recordase que yo estaba con él.
En un rato sentí como el volvió a relajarse.
Cruzamos el hospital para poder llegar al jardín. Jamás había estado ahí, pero al verlo me quede con la boca abierta. Era hermoso, lleno de flores y había muchas bancas.
También había varios pacientes junto a enfermeras vagando por ahí.
-¿nos sentamos?- pregunte con suavidad.
El solo asintió con la cabeza.
Buscamos una banca para podernos acomodar. En cuanto nos sentamos el tomo su cuaderno y empezó a dibujar. Sonreí ante sus acciones, el amaba dibujar, y no sé por qué razón me hacía feliz que él estuviera contento.
De momento, deje que mi mirada vagara por el lugar, veía a los pacientes sentados disfrutando del sol y del hermoso paisaje.
Me sorprendió ver que la mayoría de pacientes vestían ropas normales como Edward.
Una vez termine de analizar todo el paisaje decidí poner mi vista en el dibujo que Edward hacia.
Por la posición en que estaba, no lograba ver lo que hacía, pero imaginaba que era. Tal vez era otro retrato de la muñeca o tal vez había captado alguna flor que le gustase.
Decidí no entrometerme con él tampoco. Deje a mi mente vagar.
-Bella- la voz de Edward me saco de mi letargo mental.
-¿Qué paso?
-Me gustaría sentarme allá- dijo señalando un árbol- Estaría mejor, más cómodo.
-Está bien. Vamos a sentarnos allá- dije mientras me levantaba.
-No. Tú puedes quedarte aquí.
-Está bien, pero no te alejes.
El asintió, se levanto y se fue a sentar debajo del árbol viendo en mi dirección.
Un rato después tuve compañía.
-Hola- saludo Demetri.
-Hola.
-Que bueno que has podido salir- dijo sonriendo.
Me encogí de hombros.
-Ya ves.
-Me alegro. Por cierto quería invitarte a almorzar conmigo.
-Oh, yo…- no sabía que decirle. La verdad me gustaría más almorzar con Edward pero no quería ser descortés- Perdóname, pero hoy no puedo- me limite a decir, sin dar razones.
-Está bien, no te preocupes. Nos vemos después- dijo levantándose de la banca.
Después que Demetri se fuera pensé que era momento de hablar con Edward.
Me levante para irme a sentar junto a él, quien tenía el ceño fruncido.
Rápidamente cerró el cuaderno en cuanto me senté, lo note un poco serio.
-¿Sucede algo malo?- pregunte extrañada.
-No, nada- me contesto secamente.
-Ok, bueno es hora de que entremos, tienes tu sesión con Carlisle. Y si después quieres podemos almorzar juntos-
-¿Almorzar juntos?- repitió con confusión.
-Bueno, solo si tu quieres- baje la mirada un poco apenada, tal vez no quisiera mi compañía, solo era algo que había dado por sentado.
-Claro que quiero- dijo mientras posaba su mano en mi mejilla haciéndome levantar la mirada, su toque delicado me hizo perder el hilo de mis pensamientos y en cuanto capte sus preciosos ojos note la alegría que había en ellos, en todos los meses que había estado con él jamás lo había visto así, hasta tenía un sonrisa pintada en sus labios, un pequeña sonrisa, pero que para mi valía oro.
Ante su gesto no pude más que sonreír, a pesar de todo lo que podía pensar ante su toque, me sentí cuidada, protegida, era eso lo que el trasmitía con sus caricia y detalles hacia mí.
-Bueno, vamos que se nos hace tarde- urgí
El se puso de pie y extendió su mano hacia mí para ayudarme a levantarme.
Gustosamente la tome y no la solté, ya que caminamos tomados de la mano hasta volver a la parte principal del edificio.
El me pidió que lo llevase a la oficina de Carlisle, que no le molestaría que la sesión fuese ahí.
Y tal como dijo, Carlisle lo atendió con alegría.
Yo decidí quedarme en el salón de los casilleros para esperarlo. Así cumpliría con nuestra pequeña "cita" para almorzar.
Me senté en mi lugar favorito al fondo de la habitación, donde nadie me vería. Recosté mi cabeza y cerré los ojos. Rememorando la hermosa mañana que había pasado. No era como si hubiese pasado algo importante, pero el ver a Edward feliz me hacia el día, no entendía como él se había vuelto tan importante en mi mundo, pero tenía que aceptarlo, lo era.
El ruido de la puerta me alerto de la presencia de otras personas en la habitación.
-¿Los vistes?- la inconfundible voz de Jessica llego a mis oídos- ¡Iban de la mano!- chillo indignada- ¿Dime si tu tomarías alguno de los pacientes de la mano?
-Pues la verdad no- era otra enfermera.
-Esa actitud me da en que pensar. ¿Quién sabe que pasara en esa habitación? ¿Ellos dos solos? ¿No lo crees sospechoso?- dijo con voz instigadora.
-No creo que sea bueno especular, la chica es joven e inexperta, puede que se tome su papel de "cuidadora" muy en serio-
Jessica no siguió hablando del tema y la otra chica empezó a hablar de otra cosa.
Al cabo de un rato escuche como ellas abandonaban la habitación.
Estaba estupefacta frente a lo que acaba de escuchar.
¿Qué era lo que ella insinuaba de mí?
No podía creerlo. Mis ojos me escosaban por las lágrimas de furia e impotencia que se acumulaban en ellos. Y conociendo a Jessica ella esparciría el rumor por todo el hospital, no habría doctor, enfermera o paciente que no supiera sus "teorías".
Temblé ante el pensamiento, el convertirme en la comidilla de todo el hospital. Todos me señalarían, hablarían a mis espaldas y me criticarían.
¿Qué podría hacer para evitarlo?
Y rápidamente la respuesta llego a mí.
Alejarme de Edward.
¿Seria lo mejor dejar de lado la cercanía de Edward para evitar esos rumores?
¿Quizás lo mejor era tener un trato profesional con él?
Quería evitarme el trago amargo de ser señalada, pero pensándolo bien no podría hacerle eso a Edward.
El necesitaba mi ayuda, mi cariño.
Recordé como sus ojos se iluminaron ante mi invitación de la mañana.
Por alguna razón mi cercanía le hacía bien. No, no podía dejarlo de lado. No podía abandonarlo.
Que Jessica hablara lo que quisiera, yo sabía la verdad. Sabía que lo que hacía lo hacía por cariño a Edward, porque el merecía el buen trato, merecía sentirse querido.
Pase mis manos por mis ojos limpiando el paso de las traicioneras lágrimas. Edward no debía verme triste, y yo no tenía nada por lo cual avergonzarme. Lo que hacía, lo hacía con amor, sin ninguna doble intención.
Salí de la habitación, para pasar por Edward a la oficina de Carlisle.
Lo tome de la mano y lo encamine al comedor.
Pude sentir la mirada de todas las personas sobre nosotros mientras atravesábamos los pasillos y las habitaciones, pero no les daría importancia.
Nos sentamos a la mesa, segura que todos los presentes estaban atentos a cada uno de nuestro movimientos, pero eso no debía porque intimidarme o amedrentarme.
Siempre que Edward fuese feliz, que estuviese bien y cómodo nada más importaba.
Porque ese día entendí que nada me importaba más que el. Que él se había vuelto el centro de mi mundo y por el soportaría cualquier cosa. Inclusive ser el centro de atención.
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CONTINUARA....
Bueno no se olviden que los creditos y meritos son para la genia q escribio este hermoso fic:
"T.G.Kira" (Stefany) ella sube este fic en una pagina de fanfictions .
BUENO SIN MAS QUE DECIR LES DEJO EL OCTAVO CAPITULO DE PORCELANA:
PORTADA
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8.EL CENTRO DE MI MUNDO
Firmaba unos papeles antes de retirarme a mi casa, mientras lo hacía no podía dejar de pensar en el hermoso detalle que Edward había tenido conmigo. Era raro que se mostrara tan distante a veces y en diferentes situaciones me tratase con tanta dulzura y cariño, como si fuese algo muy preciado para él. Su actitud me confundía.
Tan concentrada estaba que no note que Jessica estaba junto a mí, hasta que me hablo y me dio un susto de muerte.
-Lo lamento mucho, Bella. Pensé que me habías notado- se disculpó.
-Si, lo lamento pero es que estoy un poco distraída.
-Y no es para menos. Con lo que te paso ayer yo también estuviera en otro mundo. Por cierto te he buscado a la hora del almuerzo para saber cómo estabas, pero no te encontré.
-No te preocupes Jessica estoy perfectamente bien.
-Me alegro. Y qué bueno que no te paso nada grave. Ya sabes, los esquizofrénicos son muy peligrosos- comento de manera distraída.
-¿Esquizofrénicos?- pregunté confundida.
-Si ¿No sabes quién era el paciente que te ataco? Su nombre es Jacob Black, parece una esquizofrenia muy grave. No sabes lo que me preocupe y por eso me puse a averiguar- Jessica siguió parloteando mientras pensaba en el pobre chico. A lo mejor era de esos casos que jamás dejarán este lugar, que serán incapaces de llevar una vida normal algún día.
!Pobre!
-Stanley, deja de perder el tiempo- apareció Sue regañando a Jessica, inmediatamente ella desapareció de mi lado para hacer lo que se que Sue le hubiese encargado.
-Isabella, no he tenido oportunidad de preguntarte ¿Como estas?
-Estoy bien Sue, no te preocupes- contesté con una sonrisa cansada.
-Me alegro, cariño. Y no te asustes, cosas así pasan todo el tiempo en lugares como estos, es cuestión de acostumbrarse- ante sus palabras reí nerviosamente, no podría acostumbrarme a sustos de esa magnitud.
-Por cierto, el Dr. Cullen me ha pedido que te dijese que si podrías venir mañana un poco más temprano. Quiere hablar contigo, iba a hacerlo hoy pero se le presento una emergencia familiar y no pudo hacerlo.
-Está bien. No hay problema, nos vemos mañana- me despedí de Sue.
-Cuídate mucho- dijo con una sonrisa mientras volvía su mirada a los papeles que estaban en el escritorio.
Caminaba hacia la salida cuando escuché como alguien me llamaba. Me detuve y me di la vuelta para ver quién era.
Pude ver a un hombre corriendo hacia mí, en cuanto estuvo más cerca pude reconocer quien era.
-Bella, que bueno que te alcance- era Demetri, llevaba ropa de calle y cargaba un maletín pequeño.
-¿Sucede algo?- pregunté con curiosidad.
-No, solo quería acompañarte- dijo con una sonrisa.
-mmm…. está bien- así ambos salimos juntos.
-¿Vives muy lejos?
-Un poco, pero tomo un taxi. ¿Y tú?
-Vivo a unas calles de aquí. Pero podría hacerte compañía en lo que tomas un taxi-
-Gracias, la verdad es que da un poco de miedo estar en la calle en la noche sola- sonreí ante su amabilidad
-Y tomando en cuenta que eres una linda chica corres más peligro- dijo con una sonrisa juguetona, me sonroje ante sus palabras.
No supe que contestarle, me sentí muy apenada por su comentario. Que aunque fue lindo, no me hizo sentir cómoda.
En cuanto paso un taxi le hice parada, me despedí de Demetri con un gesto de mi mano y me subí al auto.
En un tiempo record llegue a casa. Subí rápidamente las escaleras de mi edificio. Cuando estuve frente a la puerta de mi departamento, pude ver como Alice salía del suyo.
-¡Bella! Hola- exclamo con alegría al verme.
-Buenas noches, Alice- salude.
-Estaba por ir a buscarte, ¿Quieres cenar conmigo?- pregunto con alegría.
-Claro, solo déjame cambiarme.
-Está bien, dejare la puerta abierta para ti- dijo mientras volvía a entrar a su apartamento.
Sonreí ante su entusiasmo, cada vez que la veía siempre tenía una sonrisa pintada en su cara. A pesar que vivía sola, miraba el mundo con alegría.
Entre a mi apartamento, y pase a mi habitación para poner mi maletín en la cama y rebuscar en mi armario por ropa limpia y cómoda. Una vez me había cambiado, rebusque en mi maletín la rosa que me había obsequiado Demetri, se empezaba a secar pero aun se veía bonita. La coloque en un pequeño jarrón que había junto a mi cama para que adornara la habitación.
Luego, me dispuse a sacar el hermoso dibujo que Edward me había dado, con mucho cuidado lo saque de en medio del folder. Lo aprecie una vez más, deteniéndome en cada detalle, en verdad era hermoso.
Suspire mientras buscaba un lugar donde ponerlo. Decidí que se vería bien en el espejo, de momento.
Con cuidado lo coloque en mi espejo. Tendría que conseguir un cuadro para poder ponerlo y que no se dañara. Me dolería mucho si eso le pasara. Sonreí un momento mientras lo veía, Edward tenía mucho talento, sería un estupendo artista, podría ganar millones si el estuviese completamente bien. Mi sonrisa decayó.
Recordé, que Alice me esperaba así que decidí dejar mis pensamientos para más tarde. Volvía a salir del apartamento.
Cuando estuve frente a la puerta de Alice solo la empuje. Al hacerlo el exquisito aroma de comida de golpeo.
Fije mi vista en la cocina, pero Alice no estaba ahí.
-¿Alice?- llame
-En un momento salgo, siéntate- grito Alice desde su habitación.
Me senté en uno de los cómodos sillones de Alice y recosté mi cabeza contra el reposabrazos. Junto al sillón estaba la mesita del teléfono, inconscientemente dirigí la vista a la mesita, note un sobre debajo del teléfono se veía muy viejo, la curiosidad me gano. Me enderecen de mi posición y lo tome.
Estaba dirigido a: Mary Alice Brandon.
¿Brandon? ¿Qué no era Drew?
Volví a escrutar el sobre. En donde debía estar el remitente solo estaba dos iniciales: J. W.
¿Quién podía ser?
Tuve la idea de abrirlo, pero eso sería demasiado, no quería ser una entrometida. Deje el sobre en su lugar y volví a reclinarme en el sillón.
Pensaba y pensaba acerca de ese sobre. Decidí que a lo mejor era una coincidencia o algún error, lo deje pasar y me olvide del asunto.
Cerré mis ojos y cuando estuve a punto de caer dormida Alice salió de su habitación.
-Perdóname por tardar. Tuve un accidente en la cocina y tuve que cambiarme de ropa-
-No te preocupes- dije quitándole importancia.
Pronto, ambas nos sentamos a la mesa a disfrutar de la deliciosa comida que ella había preparado.
La conversación paso amena, hasta que Alice noto mis muñecas.
-¿Qué te paso ahí?- pregunto señalando mis muñecas.
-Fue un accidente- dije mientras bajaba mis brazos para esconderlos debajo de la mesa.
-No me mientas-
-No te miento- dije a la defensiva.
-Por favor, dime que te paso- rogo y ante esto no tuve más que contarle lo que me había pasado.
Ella se preocupo tanto, pero yo le asegure que no volvería a pasar.
Después de un rato de hablar de eso, me despedí de ella. Estaba muy cansada y mañana debía estar temprano en el hospital.
-Buenas noches- me despedí mientras le daba un abrazo- Y gracias por la cena, estuvo deliciosa
-Buenas noches y cuídate mucho Bella, ¿Si?
-Tu sabes que lo hare- con esas últimas palabras Salí de su apartamento.
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Llegue cuarenta y cinco minutos antes de la hora de siempre. En cuanto llegue Sue me indico que Carlisle me esperaba.
-Buenos días- salude mientras entraba a su oficina.
-Bella, buenos días. Disculpa que te hiciera venir más temprano pero quería tratar algo contigo,
-No se preocupe, para mí es un gusto.
-Primero que nada ¿Cómo está tu padre?
-Muy bien doctor, hable con mamá hace unos días y dijo que ya estaba fuera del hospital. No tengo como agradecer su ayuda.
-No tienes que agradecer nada- dijo con una sonrisa- Ahora, me gustaría hablarte de Edward.
Sentí que perdí los colores cuando lo menciono.
-¿Le ha pasado algo?- pregunte con temor.
-No, no. Tranquila el está perfectamente- dijo apresuradamente al ver mi reacción- Lo que quería tratar contigo es acerca de sus salidas.
-¿Salidas?- pregunte con confusión.
-Veras, Edward no tiene por qué estar encerrado, clínicamente hablando. El podría salir si lo quisiera, el punto es que no ha querido hacerlo, hasta ahora- explico con una sonrisa- El día de ayer me pregunto si podía hacerlo. Obviamente debía hablarlo contigo primero, pero le di un sí. Puede estar fuera todo el día si lo desea, pero te recomiendo el jardín, tiene mucho tiempo de no salir de su habitación y pues la única indicación es que no te separes de él. ¿Esta claro?
-Si, doctor. No se preocupe. Y me alegra que Edward este avanzando.
-No más que a mi Isabella, te puedo jurar que el más emocionado con esto soy yo. Llevo años tratando que el salga de su reclusión, la única que lo ha hecho salir ha sido mi esposa y solo fueron un par de veces- su semblante cambio drásticamente a uno triste.- Muy bien, Bella, eso es todo puedes retirarte.
Casi inmediatamente me levante de la silla y sali de su oficina.
Estaba emocionada por salir con él. Sería un lindo cambio.
Sin pensarlo dos veces camine a la habitación de Edward.
Entre y Edward ya me esperaba.
-Viniste temprano- dijo sorprendido- Buenos días.
-Buenos días. – Salude mientras acomodaba las cosas del desayuno en la mesa-ven siéntate y apresúrate a comer. Carlisle me ha dicho que quieres salir de aquí, así que hoy lo haremos- dije con entusiasmo.
El hizo lo que le pedí, desayuno rápido y luego tomo su medicamento.
-¿te gustaría dibujar afuera?- le pregunte.
-Si- contesto en un susurro.
-Por cierto, gracias por tu dibujo, me encanto- dije con una enorme sonrisa.
-Me alegra que te gustase.- cuando lo dijo pude ver su mirada esmeralda brillar y tenía un ligero rubor en las mejillas.
-Muy bien. ¿Estas listo?
-Creo que si- dijo dudoso.
-¿Qué pasa?
-Tengo miedo, sé que es tonto. Pero temo el salir de aquí, ver a esas personas que me verán como si fuera de otro planeta o algo así.
Se me partió el corazón al verlo tan indefenso. Lo único que pude hacer fue abrazarlo. Jamás lo había hecho, pero sentía que era lo que el necesitaba en ese momento.
Lo estreche fuertemente, él se quedo estático por un momento pero luego sentí como sus brazos me rodeaban de una manera que me hizo estremecer.
-No debes temer, yo estaré ahí contigo- susurre contra su piel.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo- dije mientras me separaba de él y tomaba su mano para empezar el recorrido hacia el jardín. Cuando su mano hizo contacto con la mía sentí una fuerza muy poderosa entre los dos, algo que nunca había sentido, pero no las separe.
Los pasillos estaba desolados como siempre, pero en cuanto llegamos al hala principal, todo el personal tanto doctores como enfermeros lo veían.
El apretaba mi mano, por lo incomodo que se sentía y yo repetía el acto para que el recordase que yo estaba con él.
En un rato sentí como el volvió a relajarse.
Cruzamos el hospital para poder llegar al jardín. Jamás había estado ahí, pero al verlo me quede con la boca abierta. Era hermoso, lleno de flores y había muchas bancas.
También había varios pacientes junto a enfermeras vagando por ahí.
-¿nos sentamos?- pregunte con suavidad.
El solo asintió con la cabeza.
Buscamos una banca para podernos acomodar. En cuanto nos sentamos el tomo su cuaderno y empezó a dibujar. Sonreí ante sus acciones, el amaba dibujar, y no sé por qué razón me hacía feliz que él estuviera contento.
De momento, deje que mi mirada vagara por el lugar, veía a los pacientes sentados disfrutando del sol y del hermoso paisaje.
Me sorprendió ver que la mayoría de pacientes vestían ropas normales como Edward.
Una vez termine de analizar todo el paisaje decidí poner mi vista en el dibujo que Edward hacia.
Por la posición en que estaba, no lograba ver lo que hacía, pero imaginaba que era. Tal vez era otro retrato de la muñeca o tal vez había captado alguna flor que le gustase.
Decidí no entrometerme con él tampoco. Deje a mi mente vagar.
-Bella- la voz de Edward me saco de mi letargo mental.
-¿Qué paso?
-Me gustaría sentarme allá- dijo señalando un árbol- Estaría mejor, más cómodo.
-Está bien. Vamos a sentarnos allá- dije mientras me levantaba.
-No. Tú puedes quedarte aquí.
-Está bien, pero no te alejes.
El asintió, se levanto y se fue a sentar debajo del árbol viendo en mi dirección.
Un rato después tuve compañía.
-Hola- saludo Demetri.
-Hola.
-Que bueno que has podido salir- dijo sonriendo.
Me encogí de hombros.
-Ya ves.
-Me alegro. Por cierto quería invitarte a almorzar conmigo.
-Oh, yo…- no sabía que decirle. La verdad me gustaría más almorzar con Edward pero no quería ser descortés- Perdóname, pero hoy no puedo- me limite a decir, sin dar razones.
-Está bien, no te preocupes. Nos vemos después- dijo levantándose de la banca.
Después que Demetri se fuera pensé que era momento de hablar con Edward.
Me levante para irme a sentar junto a él, quien tenía el ceño fruncido.
Rápidamente cerró el cuaderno en cuanto me senté, lo note un poco serio.
-¿Sucede algo malo?- pregunte extrañada.
-No, nada- me contesto secamente.
-Ok, bueno es hora de que entremos, tienes tu sesión con Carlisle. Y si después quieres podemos almorzar juntos-
-¿Almorzar juntos?- repitió con confusión.
-Bueno, solo si tu quieres- baje la mirada un poco apenada, tal vez no quisiera mi compañía, solo era algo que había dado por sentado.
-Claro que quiero- dijo mientras posaba su mano en mi mejilla haciéndome levantar la mirada, su toque delicado me hizo perder el hilo de mis pensamientos y en cuanto capte sus preciosos ojos note la alegría que había en ellos, en todos los meses que había estado con él jamás lo había visto así, hasta tenía un sonrisa pintada en sus labios, un pequeña sonrisa, pero que para mi valía oro.
Ante su gesto no pude más que sonreír, a pesar de todo lo que podía pensar ante su toque, me sentí cuidada, protegida, era eso lo que el trasmitía con sus caricia y detalles hacia mí.
-Bueno, vamos que se nos hace tarde- urgí
El se puso de pie y extendió su mano hacia mí para ayudarme a levantarme.
Gustosamente la tome y no la solté, ya que caminamos tomados de la mano hasta volver a la parte principal del edificio.
El me pidió que lo llevase a la oficina de Carlisle, que no le molestaría que la sesión fuese ahí.
Y tal como dijo, Carlisle lo atendió con alegría.
Yo decidí quedarme en el salón de los casilleros para esperarlo. Así cumpliría con nuestra pequeña "cita" para almorzar.
Me senté en mi lugar favorito al fondo de la habitación, donde nadie me vería. Recosté mi cabeza y cerré los ojos. Rememorando la hermosa mañana que había pasado. No era como si hubiese pasado algo importante, pero el ver a Edward feliz me hacia el día, no entendía como él se había vuelto tan importante en mi mundo, pero tenía que aceptarlo, lo era.
El ruido de la puerta me alerto de la presencia de otras personas en la habitación.
-¿Los vistes?- la inconfundible voz de Jessica llego a mis oídos- ¡Iban de la mano!- chillo indignada- ¿Dime si tu tomarías alguno de los pacientes de la mano?
-Pues la verdad no- era otra enfermera.
-Esa actitud me da en que pensar. ¿Quién sabe que pasara en esa habitación? ¿Ellos dos solos? ¿No lo crees sospechoso?- dijo con voz instigadora.
-No creo que sea bueno especular, la chica es joven e inexperta, puede que se tome su papel de "cuidadora" muy en serio-
Jessica no siguió hablando del tema y la otra chica empezó a hablar de otra cosa.
Al cabo de un rato escuche como ellas abandonaban la habitación.
Estaba estupefacta frente a lo que acaba de escuchar.
¿Qué era lo que ella insinuaba de mí?
No podía creerlo. Mis ojos me escosaban por las lágrimas de furia e impotencia que se acumulaban en ellos. Y conociendo a Jessica ella esparciría el rumor por todo el hospital, no habría doctor, enfermera o paciente que no supiera sus "teorías".
Temblé ante el pensamiento, el convertirme en la comidilla de todo el hospital. Todos me señalarían, hablarían a mis espaldas y me criticarían.
¿Qué podría hacer para evitarlo?
Y rápidamente la respuesta llego a mí.
Alejarme de Edward.
¿Seria lo mejor dejar de lado la cercanía de Edward para evitar esos rumores?
¿Quizás lo mejor era tener un trato profesional con él?
Quería evitarme el trago amargo de ser señalada, pero pensándolo bien no podría hacerle eso a Edward.
El necesitaba mi ayuda, mi cariño.
Recordé como sus ojos se iluminaron ante mi invitación de la mañana.
Por alguna razón mi cercanía le hacía bien. No, no podía dejarlo de lado. No podía abandonarlo.
Que Jessica hablara lo que quisiera, yo sabía la verdad. Sabía que lo que hacía lo hacía por cariño a Edward, porque el merecía el buen trato, merecía sentirse querido.
Pase mis manos por mis ojos limpiando el paso de las traicioneras lágrimas. Edward no debía verme triste, y yo no tenía nada por lo cual avergonzarme. Lo que hacía, lo hacía con amor, sin ninguna doble intención.
Salí de la habitación, para pasar por Edward a la oficina de Carlisle.
Lo tome de la mano y lo encamine al comedor.
Pude sentir la mirada de todas las personas sobre nosotros mientras atravesábamos los pasillos y las habitaciones, pero no les daría importancia.
Nos sentamos a la mesa, segura que todos los presentes estaban atentos a cada uno de nuestro movimientos, pero eso no debía porque intimidarme o amedrentarme.
Siempre que Edward fuese feliz, que estuviese bien y cómodo nada más importaba.
Porque ese día entendí que nada me importaba más que el. Que él se había vuelto el centro de mi mundo y por el soportaría cualquier cosa. Inclusive ser el centro de atención.
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CONTINUARA....
Recaudación Total de Remember Me hasta el Momento
'Remember Me' ya ha recaudado fuera de USA 10.5 millones de dólares (estas cifras son hasta el 28 de marzo por lo que aún no se ha contabilizado el estreno en países como España o UK).
La película alcanza la cifra de 17.8 millones de dolares en Norte América hasta el 1 de abril, llegando a la cifra total de 28.3 millones de dólares recaudados a nivel mundial.
FALTA Q SE ESTRENE EN VARIOS PAISES..DE SEGURO ESA CIFRA SUBE MAS !!
Co-estrella de Rob en "Bel Ami", Philip Glenister Tweetea sobre Rob
Gracias a Spunk-Ransom
"Y no, No tengo el número de Robert Pattinson. Ni siquiera se mi propio número!"
AYYYY...MUERO SI TUBIERA ESE BENDITO NUMERO !!AJJAJA
"Y no, No tengo el número de Robert Pattinson. Ni siquiera se mi propio número!"
AYYYY...MUERO SI TUBIERA ESE BENDITO NUMERO !!AJJAJA
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