ESTE FIC SE LLAMA "Batalla de amor "..ES LA SECUELA DE EL FIC Q ANTERIORMENTE ABIA SUBIDO, SE LLAMABA " CUIDAR DE TI" ESTA DEMAS DECIR Q NO E SMIO Q LA GENIA Q LO ESCRIBIO ES
"Tsuyu ryu "
TOOODOS LOS MERTITOS SON PARA ELLA...NO ME A AUTORIZADO A SUBIR EL FIC..PERO Q QEDE CLARO Q MIS INTENCIONES NO SON MALAS..SOLO QIERO Q USTEDES LO LEAN...ES UN FIC MUY GENIALL SI NO LES GUSTA LO DEJO DE SUBIR... USTEDES AVISEN..
NOTA:
ANTES D ESUBIR EL CAPITULO..PARA LAS Q TENGAN DUDA...ESTO ES UNA SECUELA D UN FANFICTION Q SUBI ANTERIORMENTE...SE LLAMABA "CUIDAR DE TI"....ESTE FIC E SLA SECUELA....ASI Q TODOS LOS DETALLES ESTAN EN EL FIC PASADO...
CAP. 20 :
“Tensión”
EPOV
Estaba prácticamente en el paraíso. En el momento en que la dulce sangre de Bella entró en mi boca, olvidé todo lo demás. El sabor, el olor, eran demasiado fuertes para ignorarlos. Sentí como si hubiera estado sediento por siglos y, de pronto, hubiera saciado mi sed. La sentí temblar bajo mis brazos, pero no me detuve… y no solo porque estaba demasiado distraído con su sangre. Sabía que, entre más veneno tuviera en las venas, más rápido sería el proceso; no quería que sufriera mucho. Se sentía tan bien beber su sangre… no deseaba detenerme…
Pero mi mente era más rápida que mis instintos. Sabía que debía tener cuidado, y que no podría matarla. Me tensé, intentando controlar al monstruo dentro de mí, la parte de mi cuerpo que rugía y me rogaba que la matara… pero esa parte era más débil que mi amor. Me detuve, soltando el bello cuello de Bella. Me ardió la garganta al hacerlo, protestando, pero lo ignoré. Podía sentir que la fuerza regresaba a mi cuerpo. Sentí la natural sensación de hormigueo cuando mis huesos se unieron de nuevo y mis heridas se cerraron… el dolor desapareció de inmediato. Estaba curado.
Miré a Bella, y toda la paz desapareció. Sus ojos estaban cerrados, y gemía de dolor. Me sentí terrible, como un monstruo. ¿Cómo pude aceptar hacer esto? Sujeté su mano con cuidado, tratando de ofrecerle mi apoyo. Ella abrió los ojos.
“Edward…” dijo con esfuerzo. Sentí deseos de llorar.
“Lo siento mucho, Bella. Terminará pronto” dije con voz entrecortada, y abracé su frágil cuerpo. Estaba temblando. Mi familia estaba tensa, y tuve que recordarme donde estábamos y con quien.
‘¡Como te atreves! ¡Has elegido! ¡El tratado se ha roto! ¡ATAQUEN!’ dijo Sam, furioso. Pero antes de que alguno de nosotros pudiera moverse, Jacob intervino.
‘¡No! Escucha, Sam, a mi tampoco me gusta esto, ¡pero es lo que ella quiere! Nadie la obligó… la amo, y estoy dispuesto a aceptarla como ella quiera ser’ Repentinamente, ya no odiaba a Jacob. El chico estaba mostrando una mente bastante decente. Pero Alphonse le gruñó.
‘¡Esto no es cuestión de elecciones! ¡¡No podemos permitir que se vuelvan más fuertes!! ¡Deben ser destruidos!’ dijo. Mi familia me miró, esperando una traducción, pero yo deseaba oírlo todo antes de decir algo.
‘¡Pero los Cullen son buenos! No cazan humanos… estoy seguro de que no habrá diferencia con Bella ahí’ dijo Seth. Sam gruñó de nuevo, pero pude notar que dudaba. Rogué que lo entendiera. Bella gimió de nuevo, y Jacob tembló.
“Por favor… no hay razón para esto. Ella tiene derecho a elegir su vida” dijo Carlisle. ‘Edward, por favor di algo’ me rogó. Percibí que estaba nervioso… tanto como yo. De pronto, una idea surgió en la mente de mi padre.
“¿Qué tal si hacemos un nuevo tratado? Solo danos cuatro días… si aun nos consideras una amenaza, aceptaremos las consecuencias, pero si no es así… entonces todos podemos vivir en paz” ofreció Carlisle. Vi que los lobos temblaban, y se convertían en humanos de nuevo. Sam se acercó a Carlisle.
“¿Por qué deberíamos confiar en ti? Ya rompiste éste…” dijo Sam. Miré a Jacob y Seth –humanos también-; sus mentes eran más amables. Deseaban aceptar la oferta. Los otros vampiros se alarmaron al verlos, pero Caitlin les hizo una seña para que se calmaran. Sus pensamientos eran tan tranquilos… y amables. Me sentí mal por ella; había sido obligada a ser mala a pesar de su naturaleza, igual que yo.
“¡No tiene caso! ¡Todos merecen…!” dijo Alphonse, pero Jacob interrumpió.
“¡Bella no merece morir! No importa lo mal que esto me parezca, ¡voy a defender su elección!” dijo. ‘Al menos promete que cuidarás de ella’ pensó, mirándome. Yo, por supuesto, asentí.
“En todos estos años, no les hemos causado problemas… por favor, solo danos tiempo para demostrar que aun podemos coexistir” dijo Carlisle. ‘¿Edward? ¿Acepará?’ me preguntó. Traté de enfocarme en la mente de Sam, a pesar de los gritos de Bella. Parecía confundido, inseguro sobre que hacer.
‘Tal vez, si aceptamos… no obligaron a la chica, después de todo…’ Eso era lo que buscaba. Sam era sabio. Suspiró, obviamente reacio, y su ‘padre’ lo miró con los ojos bien abiertos… había adivinado lo que iba a oír.
“Cuatro días… nada más. Si prueban que pueden vivir en paz, y que esto es en verdad lo que ella deseaba, en tratado seguirá en pie” dijo Sam.
‘¡No! ¡No puedes hacer eso! ¡¡¡Son monstruos!!!’ la mente de Alphonse era ruidosa. Me sorprendió que no atacara de inmediato. “No estoy de acuerdo” dijo simplemente. Sam lo miró.
“No me importa. Yo soy el líder de la manada, yo decido” dijo. Sonreí suavemente cuando vi el rostro de Alphonse… a pesar de su furia, admiraba la autoridad de su hijo… parecía orgulloso. Sam hizo una señal de retirada. Vi que Paul nos miraba con ira, indignado.
‘Alphonse tiene razón… son monstruos’ escuché en su mente. Bueno, no esperaba cambiar esa idea en un solo día, pero al menos nos dieron tiempo.
La voz de Bella me regresó a la realidad. Se movía desesperada, gritando de agonía. No pude soportarlo. Apreté su cuerpo contra el mío, murmurando su canción de cuna en un intento por mostrarle lo mucho que significaba para mí. Mi padre se acercó.
“Deberíamos llevarla adentro…” dijo. Ambos nos sorprendimos cuando Caitlin se acercó. Me sorprendió ver dolor en sus ojos. Estaba mirando a Bella.
“Quizás… yo pueda ayudar” dijo. ‘No lo he hecho desde… pero ¿y si funciona?’ Me confundí. Parecía recordar algo de su pasado, pero vi determinación en su mente. Deseaba ayudarnos. Ignoré mis dudas y precauciones; si PODÍA ayudar, la obligaría.
“¿Cómo?” pregunté, esforzándome por sonar amable.
“Puedo controlar el dolor físico… tal vez pueda reducir el suyo” dijo, insegura. La miré; ¿podía confiar en ella? Pero su mente seguía siendo amable, arrepentida… sincera. No le haré daño. Tu nos ayudaste, permíteme regresarte el favor’ pensó. Me levanté rápidamente, con Bella en lo brazos, y asentí. Caitlin me sonrió.
“¿Y que hay de los demás?” preguntó Rosalie. La mayoría de los vampiros se habían retirado cuando Azael murió, pero cinco seguían ahí, esperando a Caitlin. Vi que la miraban con respeto y cariño… ¿Acaso era su líder?
“No tienen un lugar a donde ir por ahora… se irán conmigo” dijo Caitlin con firmeza. Escuché que los vampiros se sentían agradecidos con ella… leí una palabra en sus mentes: hermana. Ella era su hermana mayor, la líder de su aquelarre antes de ser controlados por Azael.
“Supongo que no habrá problema con eso, mientras no cacen aquí” dijo Carlisle. Los cinco vampiros asintieron. Carlisle hizo un gesto hacia la casa, y Caitlin lo siguió. Yo estaba a punto de seguirlos cuando la voz de Jacob me detuvo… él y Seth estaban de espaldas a nosotros.
“¿Puedo… venir a visitarla cuando…?” preguntó inseguro. ‘Por favor, quiero intentarlo… por ella. Tal vez siga siendo Bella…’ Perro tonto, por supuesto que sería la misma. Pero, como estaba intentando ser más amable, no podía decirle eso.
“Si, supongo que si… si prometes comportarte” dije. Él rió con sarcasmo.
“Entonces nos vemos luego… Edward” dijo. Por primera vez, dijo mi nombre sin un tono despectivo. Él y Seth caminaron hacia el bosque… pero esta vez, ya no éramos enemigos.
BPOV
Estaba en agonía. Cada parte de mi cuerpo gritaba mientras el veneno –el veneno de Edward- recorría mi sistema. Una parte de mi se sintió dichosa, pero el resto gritaba y se quejaba de dolor. Era vagamente consciente de lo que me rodeaba… escuché los gruñidos de los lobos, y la voz de Edward cantando mi canción de cuna… pero el dolor era demasiado fuerte. Deseé que se detuviera, deseé desmayarme, pero nada pasó.
Grité cuando sentí que alguien -¿Edward?- me levantaba, provocando una oleada de agonía en todo mi cuerpo. Escuché a Edward contener el aliento, y pensé en él… me concentré en esa idea, para intentar olvidar el fuego en mis brazos, mis piernas, mi cuerpo. Finalmente iba a pasar la eternidad a su lado, lo vería pronto. Sentí que él me colocaba sobre algo suave y cálido, probablemente la cama de su habitación. Sentí una fría mano en mi rostro, que me acariciaba.
“Edward…” fue todo lo que pude decir, mi voz era apenas un murmullo.
“Estarás bien, Bella. Te amo” dijo, y puso sus labios suavemente sobre los míos. El dolor aumentó, y grité con todas mis fuerzas. “¿Caitlin?” oí a Edward decir. ¿Caitlin? ¿No era esa la vampira que lo había torturado? ¿Qué estaba haciendo aquí? De pronto, sentí que otra mano tocaba mi muñeca, pero no era la de Edward. Era más pequeña.
Entonces sentí que el dolor disminuía un poco. Era como si algo o alguien lo mantuviera a raya, lejos de mi mente. Suspiré de alivio al sentir que disminuía más. Ahora que era más soportable, pensé en Jacob y la manada. Habían estado a punto de atacar, pero si yo estaba aquí eso significaba que habían cambiado de idea. Me pregunté por qué; ¿finalmente habían entendido que era mi decisión? ¿Habían perdonado a los Cullen? Sentí un brazo alrededor de mi cintura, y una cabeza cerca de mi hombro… percibí el aroma de Edward con más fuerza que nunca. El dolor seguía ahí, pero no era tan fuerte como antes; podía soportarlo. Suspiré, libre de mi sufrimiento, y sonreí lentamente.
“Gracias… Caitlin…” dije. Estaba segura –bueno, tan segura como podía estarlo en mi condición- que era ella quien me ayudaba. Pensé vagamente en la ironía de eso: estaba dándole las gracias a la vampira que le había causado a Edward tanto dolor… pero estaba perdiendo el conocimiento. Me asusté; ¿Era esto normal? Me tensé, y Edward percibió mi preocupación.
“Shhh… esta bien, Bella. Duérmete… por última vez” dijo él.
Sentí que la mano de Caitlin presionaba la mía con más fuerza, como enfocándose en algo. Pero estaba demasiado perdida para que me importara… gustosa, obedecí la orden de Edward, y me dejé llevar por la oscuridad.
-------
CAP. 21 :
“Deseo”
BPOV
Desperté lentamente, mientras un dulce aroma llenaba mis sentidos. Abrí los ojos, y me encontré con la visión más hermosa del mundo: Edward estaba ahí, yaciendo junto a mí. Su hermoso rostro estaba a solo centímetros del mío, y me sonreía. Me tomó un momento darme cuenta de que sostenía mi mano, y que –extrañamente- su roce era cálido. Abrí totalmente los ojos al comprender finalmente lo que estaba sucediendo, y lo que yo era ahora.
“Hola, Bella” dijo Edward con su preciosa voz aterciopelada. Gracias a mi nuevo oído de vampiro, me pareció incluso más encantadora.
“Edward” dije, y me senté en la cama. Él se puso serio, y estudió mi rostro con atención.
“¿Cómo te sientes?” preguntó, preocupado. Yo le sonreí; nunca me había sentido mejor.
“Genial, ¿es eso normal?” le dije. Él rió. Observe mis alrededores con mis nuevos ojos: todo era más claro, mas detallado… y la sensación de la mano de Edward sobre la mía era ciertamente mucho mejor que antes. De pronto, recordé la situación en la que estábamos durante mi transformación, y contuve el aliento.
“¡Edward! ¿Qué pasó con Jacob? ¿Y Azael? ¿y…?” le dije, desesperada. Él puso un dedo sobre mis labios –no podía creer que su roce se sintiera aun mejor que antes-.
“Todo esta bien. Jasper y Emmett le prendieron fuego. Jacob se esta recuperando de sus heridas…” dijo, y se detuvo de golpe. Percibí la tristeza en su voz; se sentía culpable… y yo no podía soportarlo. Acaricié su rostro.
“No fue tu culpa, Edward. Azael te obligó… nadie te culpa. Te amo” dije. Él me sonrió, y besó la mano que lo acariciaba.
“Gracias, Bella… por todo” dijo. Sentí deseos de llorar de alegría; él estaba ahí, conmigo de nuevo. Pero, por supuesto, ya no podía llorar. El recuerdo de esos días de dolor me hizo recordar algo: la suave mano que tocaba mi muñeca, la forma en que el dolor disminuía… no había sido tan horrible como creía. Vi que Edward me miraba, curioso.
“¿En que piensas, amor?” me preguntó. Percibí un leve rastro de duda ahí.
“En nada, es solo que… a veces, sentía como si algo o alguien alejara el dolor…” dije. Él sonrió de nuevo.
“Obtuvimos una aliada… Caitlin te ayudaba. Venía aquí a menudo, y disminuía el dolor para ti” dijo. ¿Caitlin? Claro, ella controlaba el dolor físico… me sentí agradecida.
“Me gustaría agradecerle” dije.
“Tendrás tiempo para eso… ella sigue aquí” dijo Edward. Continuaba mirándome con sus hermosos ojos –me estremecí un poco al ver el tono rojo en ellos- y me sentí agradecida de no poder sonrojarme más.
“¿Qué pasa?” pregunté finalmente, y él se echó a reír.
“Eres tan hermosa… no puedo creer que tenga tanta suerte” dijo. Que curioso, esos eran MIS pensamientos; un segundo: no podía leerlos ahora, ¿o si?
“¡Esa es mi frase! No la estas robando de mi cabeza, ¿verdad?” pregunté. Él rió aun más.
“No, sigo sin poder leer tu mente” dijo. Yo suspiré de alivio. Me di cuenta de que él tenía un pequeño espejo a su lado. “Es para ti… supuse que querrías ver tu rostro” dijo. Bueno, tenía razón. Tomé el espejo, y miré con asombro.
Era hermosa. Aun podía reconocer mis rasgos “humanos”, pero la piel pálida hacia un contraste perfecto con mi cabello negro, haciéndome ver increíblemente atractiva. Me sentí algo aprehensiva al ver mis ojos rojos, pero intenté calmarme; en poco tiempo, serían dorados. Toqué mi rostro, asombrada ante mi propia belleza… hasta que vi el rostro angelical de Edward cerca de mí. Seguía siendo increíblemente guapo.
“Así que… ¿Cómo me veo?” le pregunté. Él me guiñó un ojo.
“Increíblemente guapa” dijo. Ambos nos reímos. Me levanté, más rápido de lo que habría podido antes, y me estiré un poco. Se sentía bien, la sensación de poder y fuerza fluyendo dentro de mi… y recordé que no era lo único que corría por mi cuerpo. El veneno de Edward estaba dentro de mí, dentro de mi cuerpo; finalmente, era SUYA. De nuevo, agradecí ser una vampira.
“¿Pasa algo malo?” preguntó. Aun podía leer mi rostro.
“No… solo pensaba” dije nerviosa. Él pareció adivinar.
“Lo siento, no pude cumplir esa promesa… no tuvimos oportunidad de ‘intentarlo’” dijo. Pero, mientras estuviera conmigo para siempre, no me importaba. Antes de que pudiera decírselo, se acercó y, sujetando mi rostro con sus manos, me besó. Fue como si nunca me hubiera besado antes… ya no había precauciones ni restricciones. Sentí que sus labios se apretaban con fuerza sobre los míos, y que su lengua trazaba su contorno; le respondí gustosa, besándolo como nunca había podido hacer antes. Otra ventaja de ser un vampiro: podía permanecer así por horas sin aire.
“Eso fue… increíble” dije agitada.
“Estoy totalmente de acuerdo…” dijo él.
“Bueno, después de todo nunca tuvimos una luna de miel” dije. Me pregunté si estábamos solos en la casa, pero en realidad ya no me importaba. Deseaba a Edward, aquí y ahora. Él comprendió.
“Tienes razón, amor… pero quizás deberíamos esperar, ¿no deseas alimentarte?” preguntó, y me besó de nuevo.
“No… al menos, no siento deseos de eso…” dije entre besos. Me di cuenta de que nos movíamos hacia la cama de nuevo. Comencé a desabrochar los botones de su camisa, esta vez sin problemas gracias a mi nueva fuerza. Él suspiró.
“Pero acabas de despertar…” dijo, pero pude sentir que estaba tan ansioso como yo.
“He esperado mucho tiempo… ya no quiero esperar más… te deseo” dije, murmurando. Cuando sentí que sus manos desabotonaban MI blusa, supe que había ganado.
“Bueno, después de todo no tuvimos una luna de miel…” murmuró en mi oído, repitiendo mis palabras.
Dudo que pudiera describir ese momento con justicia. Era como si todo el mundo hubiera desaparecido; lo único que importaba era Edward, solo él. Sentí sus manos sobre mi cuerpo, acariciándome mientras me besaba… su roce me hizo estremecer. Yo lo acaricié también, mientras mis nuevos sentidos se llenaban de su fragancia. Toqué su pecho con mis manos, trazando la línea de sus músculos perfectos… vi con placer que la extraña cicatriz ya no estaba, su piel era tan suave y blanca como siempre, y me sentí feliz. Murmuré su nombre de placer, y él murmuraba que me amaba cada segundo. No me importaba nada, no pensaba en nada, excepto en él… era una experiencia tan extraordinaria. Mis sentidos, más sensibles, me permitían sentir su cuerpo, ser más consciente de su piel marmórea tocándome, de sus suaves labios besándome, de su cabello en mis manos o mi cuerpo… perdí la noción del tiempo, deslumbrada por el momento. Me pregunté brevemente si era igual para los humanos, si sentían que su piel ardía de deseo como la mía.
Tiempo después, ambos yacíamos en la cama, mirándonos a los ojos. Edward tenía sus brazos alrededor mío, mientras que yo acariciaba su rostro… aun no podía creer que fuera mío. Él suspiró de placer ante mi caricia.
“Eso fue… increíble” dije, incapaz de contenerme.
“De nuevo, amor… estoy totalmente de acuerdo” dijo él, acariciando mi espalda. “Pero supongo que tendremos que limpiar el desastre” añadió, riendo. Yo observé la habitación, confundida. Era, como él había dicho, un verdadero desastre. El sillón estaba totalmente desgarrado, y los CDs estaban esparcidos por todo el piso, igual que nuestra ropa… noté que incluso la suave sábana que nos cubría lucía algo… ¿rasgada? Reí, nerviosa.
“¿Nosotros hicimos todo esto?” pregunté avergonzada.
“Me temo que si” dijo él, aunque no parecía lamentarlo.
“Me alegra que ya no pueda sonrojarme…” dije. Él rió.
“Si… voy a extrañar eso” admitió. De pronto, se me ocurrió algo.
“Edward… ¿crees que tendré algún don?” pregunté; yo me sentía normal. Él se encogió de hombros.
“No lo sé… solo el tiempo lo dirá. No me importa” respondió. Yo lo besé suavemente; él respondió de inmediato.
“No es que me moleste hacer esto todo el día, pero… ¿Estas segura que no tienes sed?” preguntó entre besos.
“No” dije. En realidad, sentía una extraña sensación en mi garganta, como si ardiera, pero no me importó. Mientras estuviera con Edward, lo demás no importaba. Me detuve a regañadientes cuando escuché al resto de la familia charlando abajo. Me asombré; ahora escuchaba sus voces con claridad, como si estuvieran a mi lado. Edward lo notó y rió de nuevo… me encantaba verlo tan feliz.
“Te acostumbrarás a eso. Será mejor que bajemos. Todos quieren verte” dijo, y se levantó. Yo hice una mueca, pero lo seguí. Estaba segura de que mi familia estaba ansiosa por verme. Nos vestimos rápidamente, y bajamos las escaleras tomados de la mano.
Los Cullen estaban en la sala. Los miré con mis nuevos ojos, descubriendo que aun me parecían hermosos. Cuando me vieron, Alice corrió a mi lado; por primera vez, pude verla acercarse. Me abrazó con fuerza, sin precaución… ahora ya no había peligro.
“¡Hola, Bella! ¡Te ves muy bien!” me dijo.
“Hola, Alice” respondí. Jasper se acercó y, por primera vez desde que lo conocía, me abrazó.
“Bienvenida a la familia” dijo, sonriendo. Sentí deseos de llorar –de nuevo-. Emmett y Rosalie se acercaron también, y él me dio un abrazo tan fuerte que habría roto las costillas de un humano.
“¡Hola, Bella! ¡Me alegra verte de nuevo!” me dijo, tan efusivo como siempre.
“Gracias, Emmett” dije, pero miraba a Rosalie. Ella me observaba, pero no con odio… con comprensión. Me acerqué a ella, feliz de notar que ya no me tropezaba. Ella –asombrosamente- me abrazó también.
“¿Rosalie…?” pregunté, sorprendida. Ella me sonrió.
“No sabía que amabas tanto a mi hermano… lamento haber sido mala contigo, pero ahora lo entiendo. Tu lo salvaste, estabas dispuesta a dar tu vida por él… eso es amor verdadero. Me alegra tener a alguien tan buena como tu como mi hermana” dijo. Me sentí conmovida; yo sabía que esto era difícil para ella –después de todo, siempre había estado en contra de esto- pero ahora entendía que no podía vivir sin Edward, y que había elegido permanecer a su lado para siempre.
Esme y Carlisle fueron los siguientes, y ella me abrazó mientras él me sonreía.
“Muchas gracias, Bella. Has hecho tanto por nosotros” dijo Esme.
“No, Esme… soy yo quien debería agradecer. Ustedes siempre me protegieron, y me dieron cariño” le dije. Carlisle se aclaró la garganta para llamar nuestra atención; ahora, era mi líder también, pero por supuesto que eso no me molestaba. Para mi era mi pariente.
“¿Qué tal si salimos y le mostramos a Bella como cazar?” dijo, y me sonrió. La idea sonaba aterradora, pero mi instinto me decía que estaba sedienta. Asentí, algo insegura; sentí la mano de Edward en la mía.
“No te preocupes, amor, no es tan malo. Yo puedo cazar para ti” añadió al final, y me guiñó un ojo. Reí suavemente.
“No… quiero aprender. Quiero ser tan fuerte como tu” dije. Emmett rió cerca de nosotros.
“Vaya, eso suena bien… recuerda que me debes un pulso” dijo él.
Aun nos reíamos cuando salimos de la casa. Finalmente, mi vida era perfecta
---
CONTINUARA.....COMENTEN...
