Bueno no se olviden que los creditos y meritos son para la genia q escribio este hermoso fic:
"
T.G.Kira" (Stefany) ella sube este fic en una pagina de fanfictions .
BUENO SIN MAS QUE DECIR LES DEJO EL 18º CAPITULO DE PORCELANA:
PORTADA
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Cap.18:REACCIONES
Me quede tirada junto a su cama. No quería alejarme de él bajo ningún motivo.
Solo estuve ahí, viéndolo, el no se movía.
Debió haber sido un potente sedante, ya que inmediatamente cayó dormido. Jasper debió haber sabido como reaccionaria. ¿Por qué no me lo había dicho? ¿Por qué había dejado que experimentara todo de una sola vez?
Suspire frustrada, por más que me lo preguntase jamás podría saber en qué pensaba ese hombre, tan frio, tan distante.
El día termino y Edward seguía inconsciente, estaba un poco preocupada por él. Quería que se despertara para poder saber cómo se encontraba. Aunque era absurdo pensar que estaría de alguna manera bien.
Pase toda la noche junto a su cama en caso que el despertase, temí que si despertara y se viese solo en la oscuridad pudiese ponerse igual que antes, pudiese tener miedo. Durante el tiempo que pase despierta, pensé en todo lo que había dicho. Prácticamente había presenciado cómo habían…… abusado de su madre y como la habían matado, estuvo junto a su cuerpo sin vida. No podía imaginar la angustia que había sentido, era solo un niño. No pude evitar el nudo que se formo en mi garganta al imaginarme a ese niñito llorando desesperado sobre el cuerpo de su madre, llamándola, rogándole porque abriese sus ojos. Eso era algo que ningún niño debía vivir, algo que nadie debía soportar.
-No tengas miedo- musite mientras acariciaba su rostro- Aquí estaré, yo te prometo cuidarte.-sabia que él no se enteraría de esa promesa, era más algo para mí.
Acariciando su rostro me quede dormida.
El sonido de mi celular me despertó. Me encontraba sentada en el suelo, mi cabeza descansaba en la cama. Cuando me incorpore sentí un fuerte dolor en el cuello. Con mucha dificultad me levante de ahí y busque el celular en la mesa.
-Hola- conteste con voz estrangulada.
-¿Bella? Hola, ¿Qué paso porque no has salido?- Era Alice. Había olvidado que debía estar afuera.
-Alice, perdóname. No he podido salir. ¿Crees que puedes entrar al edificio?
-No…. no, no creo. ¿Qué sucede?- No quería explicarle lo que había pasado a Alice, al menos no por teléfono.
-Edward está un poco mal- Un poco era eufemismo- No me gustaría dejarlo solo durante mucho tiempo. De veras lamento molestarte.
-Bella, yo no sé….-su voz sonaba temblorosa, no sabía por qué.
- perdóname, te estoy molestando de mas. En un momento salgo- sabia que la estaba incomodando aun mas con mi petición, ya mucho hacia con venir todos los días hasta acá.
-No. no, está bien. Entrare, te veo en un momento- aun su voz sonaba desigual.
Pase a la habitación que ocupaba, y busque el pequeño espejo que estaba colgado en la pared. Vi mi rostro, estaba ojerosa, mis ojos estaban inflamados y mi cabello un poco desordenado. Intente acomodarme un poco para poder salir sin asustar a nadie con mi apariencia.
Temí un poco en salir, no quería que estuviese solo pero me convencí que solo sería un momento.
Me apresure a salir al pasillo, solo una vez que estuve afuera note que aun llevaba el uniforme del día anterior. No le di importancia y seguí caminado hasta llegar a la sala principal del hospital.
A la primera persona que divise ahí fue a Ángela.
-Ángela, buenos días. ¿Disculpa no ha entrado una chica preguntando por mi?- pude notar la mirada de sorpresa que me dio al verme, quizás no había podido arreglarme muy bien que digamos.
-Buenos días. Si, está sentada allá- me señalo el corredor hacia la salida.
-Gracias- le conteste mientras empezaba a caminar hacia donde me había indicado.
A la lejanía pude distinguir la pequeña figura de Alice sentada en una de las sillas azules que había para las visitas.
-Hola- la salude aun un poco lejos de ella. Ella casi brinco en el asiento al escucharme. Llevaba los mismos lentes enormes de siempre, y también una pañoleta cubriendo su cabello y ocultando un poco su rostro.
-Hola- reacciono al verme parada junto a ella. Estaba visiblemente nerviosa.
-Se que te debe asustar un poco estar aquí- dije de manera comprensiva.
-¿si?- una mueca de horror se pinto en su cara, aunque estaba adivinando su expresión atreves de sus accesorios.
-Claro, yo también estaba un poco asustada la primera vez que estuve aquí- le conteste para que no se sintiera avergonzada.
-Ah, sí, eso. Si, tienes razón- rio nerviosamente.
-Una vez más gracias, por todo lo que haces. Se quedo ser una molestia para ti- comente un poco apenada.
-Para nada, es un gusto para mi ayudarte.- dijo medio sonriendo
-¿Qué te paso?- pregunto de pronto- Se te ve muy cansada-
-No he dormido mucho. Edward esta sedado y he estado pendiente de cuando despierte.-
-¿Qué paso?-
-Pues….- no pude detener las lagrimas que empezaron a formarse en mis ojos cuando empecé a recordar las todas las cosas que habían pasado. Se lo conté a Alice y ella también parecía horrorizada.
-Pobre- susurro cuando termine de contárselo.
-Me siento impotente, siento que no puedo hacer nada por él. Menos en este momento.- solloce, Alice me abrazaba intentándome dar un poco de consuelo.
-Estoy segura que sabrás como hacerlo sentir mejor-
-Tengo miedo, Alice- murmure- Miedo a que esto no lo ayude, a que lo ponga peor. A que el no pueda….- un fuerte sollozo corto lo que estaba diciendo.
-¿Qué no pueda qué?- pregunto Alice mientras seguía abrazándome.
-Que no pueda mejorarse. Que se quede aquí siempre-
-No será así Bella. Veras que se recuperara, saldrá de aquí. Y tú podrás estar con él. ¿De acuerdo?- sonrió mientras apartaba el cabello que estaba en mi cara.
-¿Cómo lo sabes?-
-Lo mejor para curar un alma rota es el amor. Y tú lo amas-
-A veces pienso que deberías estar aquí en lugar del doctor Withlock- comente mientras limpiaba mi rostro de las lágrimas.
-¿Quién es él?-
-El doctor Jasper Withlock es el doctor encargado del caso de Edward- pude sentir como se puso tensa ante la mención de Jasper.
-¿Jasper Withlock?- pregunto casi en un sollozo. Inmediatamente dirigí mi mirada a su rostro. No podía ver sus ojos a causa de los lentes pero podía jurar que había empezado a llorar.
-¿Lo conoces?-
En respuesta ella solo movió la cabeza negativamente.
-¿Qué sucede?- pregunte asustada ante su reacción.
-De-de-debo irme- contesto con voz entrecortada. Estaba llorando.
-¿Te sientes mal? ¿Te súdese algo?- pregunte angustiada de nuevo.
-No, no. Ten- dijo extendiendo hacia mí las bolsas que traía- Cuídate y cuídalo- dijo mientras se ponía de pie y corría hacia la salida.
Quede un poco asustada por su comportamiento. Más tarde le hablaría para saber que había pasado.
Tome las cosas y camine de nuevo hacia la habitación de Edward, aun muy confundida.
-Isabella- escuche la voz de Sue a mis espaldas.
-Buenos días, Sue- la salude un poco cabizbaja
-¿Quién era ella?- pregunto con un poco de curiosidad.
-Perdón, es una amiga. Ella me hace el favor de traerme algo de comer. No sabía que no podía entrar- murmure un poco apenada.
-No, no es eso. Me parece un poco conocida- susurro lo ultimo.- Deben ser cosas mías. Estuve hablando de ella ayer, evoque su imagen.- hablaba para sí misma.- si, disculpa. Puedes irte-
Ahora estaba un más confundida. ¿A quién le recordaría?
Olvide por un momento hacia donde me dirigía, en cuanto lo recordé me apresure a volver. Ya lo había dejado solo por mucho tiempo y no sabía si ya estaría despierto otra vez.
Entre apresuradamente a la habitación, pero él seguía dormido.
Suspire de alivio.
Entre a la habitación contigua para cambiarme, lo hice muy rápido.
Estuve toda la mañana esperando que despertara. Al mediodía, Jasper llego.
No podía ocultar mi enojo hacia él.
-¿Aun esta sedado?- pregunto
-si. ¿Por qué aun sigue dormido?-
-El sedante que le administre es un poco fuerte, despertara en unas horas más.- contesto con tranquilidad.
-¿Horas más?- repetí aun más molesta
-¿Seguirá cuestionándome?- arqueo una ceja viéndome de manera desafiante- ¿Seguirás discutiendo mis decisiones?-
Apreté mis manos en puños a causa de la ira que sentía hacia él en ese momento. No podía contestarle como quería, pero claro que se merecía que le dijese sus verdades.
-Bella….. ¿Puedo llamarte así?-me miro fijamente a lo que yo solo pude asentir. ¿Qué más daba como me llamase?-Se que estas encariñada con él. Carlisle me comento que Edward también está muy acostumbrado a ti. Yo mismo lo he visto en los pocos días que he estado aquí. Pero debo decirte que ese encariñamiento no es sano ni para ti, ni para él.
-¿Por qué lo dice? No tiene nada de malo-
-Lo digo por experiencia propia, Bella. Es por tu bien. Al final saldrás lastimada cuando entiendas la magnitud de su estado. Cuando comprendas que él no te quiere o te aprecia como tú crees.- por un momento pude ver en su mirada reflejado dolor, pero rápidamente su mirada se volvió gélida otra vez.
-No puedes saber eso. No puedes saber cómo se siente el o como me siento yo- conteste entre dientes. Eso era lo que me molestaba más de él. El creía poder saber cómo se sentían los demás y a menos que el tipo fuese empático eso era imposible.
-Por favor. Te lo digo como profesional, como jefe y como amigo- no supe que mirada le di cuando dijo "amigo", pero no debió ser una mirada linda ya que se corrigió- Esta bien, no como amigo. Te estás dañando tu sola. Tú crees que porque es bueno y lindo, porque te trata como lo único en su mundo, tú piensas que él te quiere. Estas mal, si tu dejases de estar con él, el te olvidaría rápidamente, te reemplazaría con alguien más, otra enfermera, otra persona.
-Estas equivocado. Tú no sabes nada- dije al borde del llanto.
-No te molestes conmigo. Es la verdad que te estás negando a aceptar. Eres su enfermera, debes cuidarlo, si. Pero no más que eso. Puedes brindarle la compañía que tú quieras, la comprensión, todo lo que tú quieras. Pero al final del día tu responsabilidad tanto como la mía es ayudarle a superar, a cambiar o a aceptar lo que sea que le ha pasado. Hacer todo lo posible para ayudarlo a salir de su pozo, pero hasta ahí. Y eso significa que llegara un momento en que no te necesitara y tú tendrás que salir de su vida-
Sentí el vacio que se formo en mi estomago a causa de sus palabras. Quería negarle todo lo que me había dicho. Quería decirle que estaba equivocado, que era un bastardo sin corazón por pensar de esa manera. Pero mi voz no salía a causa de las lágrimas que contenía.
-Es tu primer paciente, eres nueva en este trabajo. Cuando tengas más años de experiencia veras a todos los pacientes de la misma manera- esas últimas palabras fueron las que hicieron que mi enojo se desbordara.
-¡Estas equivocado!- grite- ¡Jamás veré a otro paciente como a él! El… yo lo amo. Y aunque digas todo lo que digas, aunque intentes convencerme de lo que quieras, eso no lo cambiaras. El hecho de que no tengas corazón no significa que yo no lo tenga.-
-Veo que no hay forma de hacerte recapacitar. Muy bien, Bella. Pero solo te advierto, veo algún comportamiento inapropiado de tu parte para con él y no me importara las indicaciones de Carlisle. Estarás fuere de este lugar- dijo de manera cortante. Dio media vuelta y salió de la habitación.
En cuanto escuche la puerta cerrarse las lágrimas contenidas se desbordaron.
Lo había enfrentado y estaba segura que a causa de eso el no se tentaría el corazón para cumplir su amenaza.
No tuve tiempo de derrumbarme otra vez. Edward se empezó a remover en su cama.
-¿Be-Be-lla?- llamo aun sin abrir los ojos.
-Aquí estoy Edward- dije en cuanto estuve junto a él sosteniendo su mano.
No dijo mas, solo apretó mi mano. Como si eso lo ayudara a constatar la verdad de mis palabras.
-¿Cómo estás?- pregunte angustiada, no abría los ojos.
-Me duele la cabeza.- murmuro
-Lo siento, Edward- dije en un sollozo.- ¿Quieres que te busque algo?-
-No, no. No te vayas. Quédate conmigo. No me dejes tu también- empezó a sollozar.
-Está bien. Tranquilo- intente calmarlo.
Estuve un rato así. Sosteniendo su mano, esperando que él se moviese.
-¿Sabes?- hablo un poco más calmado- Recordé a mi mama-
-No hables- le pedí. Sabía que también recordaría lo otro.
-Recordé que era ella quien me cantaba- sollozo- Y también…. también recordé como….- estaba llorando.
-Shhh. Está bien. Eso ya paso. No tienes porque decirlo- le pedí.
-¿Por qué? Bella ¿Por qué le hicieron eso?-
-No lo sé cariño.-
-Ella me dijo que me quería. Ella dijo que estaría conmigo siempre- dijo entre lágrimas.
-Tranquilo Edward.- trate de calmarlo. Pero el seguí sacudiéndose violentamente por el llanto.- Por favor Edward, ya no llores, no sabes lo que me duele verte así-
-Yo lo vi. Y no pude hacer nada- se seguía lamentando.
-No podías hacer nada. Eras un niño. Tu necesitabas que te protegieran- dije mientras lo abrazaba. El seguía acostado en la cama así que tuve que tumbarme junto a él para hacerlo.
-Ya no llores mi niño- murmure cerca de su oído- Ya no llores. Yo estaré aquí contigo. Te cuidare, te protegeré. Nada malo te pasara- apreté mi abrazo para darle más énfasis a mis palabras.
-Te quiero tanto Bella. Por favor, por favor no te alejes de mí-
-Yo también te quiero Edward. Ya no llores-
Durante los siguientes minutos el siguió llorando pero se empezaba a calmar. Hasta que por fin deje de oír sus sollozos.
Una vez estuvo calmado intente levantarme de la cama pero él me rodeo con sus brazos y me halo de nuevo hacia él.
-Me dijiste que no te alejarías- me reprocho.
-Pero debes comer. No lo haces desde ayer, eso te hará más daño-
-Nada puede dañarme más de lo que ya lo estoy- murmuro.
-¿Por qué dices eso?-
-Ahora entiendo tantas cosas.- dijo para el.- si que estoy loco- comento con ironía en su tono.
-No Edward. No lo estas. Te pasaron cosas muy fuertes y tu solo intentaste proteger tu mente como pudieras. Pero te mejoraras, saldrás de aquí. No vuelvas a decir eso ¿si?- pedí acariciando sus pómulos con ternura.
Eso fue lo último que él dijo. Después pude levantarme e intente que comiese algo. Solo probó unos cuantos bocados. Estuvo en la cama el resto de la tarde sin decirme nada.
Me preocupaba mucho. Luego de su ataque solo se quedo ahí, viendo a la nada. Le pedí que intentara dormir pero no lo hizo.
Cuando se hizo de noche fui a mi habitación a cambiarme y cuando volví el estaba dormido. Me sentí aliviada por eso. El necesitaba descansar. Era lo mejor en ese momento.
Entre de nuevo al cuarto y me recosté en la cama. Casi inmediatamente quede dormida.
Unos balbuceos me despertaron. Abrí los ojos un poco confundida hasta que entendí plenamente que era.
-¡Déjenla!- oía gritar a Edward. Inmediatamente me puse de pie y Salí para ver que le pasaba.
Atreves la habitación casi corriendo. Y me encontré con Edward en su cama, revolviéndose y gritando.
-Edward, Edward- lo llame mientras me ponía junto a él y lo sacudía un poco- Despierta, Edward, es solo una pesadilla- pero por más que lo movía en no despertaba.
-Edward, mi amor, abre los ojos- le rogué con angustia en mi voz.
El dejo de sacudirse y abrió los ojos.
En cuanto me reconoció, me estrecho entre sus brazos. Toque su piel, estaba fría y sudada. Su ritmo cardiaco estaba acelerado y su respiración agitada.
-Fue horrible, Bella. Lo vi todo de nuevo-
-No, tranquilo. No pasa nada. Todo fue un sueño- intenten calmarlo pero a este punto ya no sabía si mis palabras funcionaban de algo.
-No quiero dormir. No quiero verlo de nuevo-
-Debes dormir-
-No quiero- y me apretó más en sus brazos, tanto que casi me quede sin aire. Intente liberarme de él un poco pero me fue imposible.
-Por favor no me dejes tu también- me rogo sintiendo mi forcejeo para intentar soltarme.
-No me voy a ningún lado, solo suéltame un poco casi no puedo respirar- casi inmediatamente me soltó.
-Perdóname- murmuro apenado.
-No te preocupes. Solo acuéstate- el hizo lo que le pedí.- Bien. Ahora intenta dormir-
El tomo mi mano y me halo junto a él.
-Quédate aquí. No te vayas. Solo quédate- pude ver el miedo en sus ojos. Era ese niño pequeño que vio la muerte de su madre, era ese niño desprotegido el cual maltaban en ese hospital. Era ese niño y a la vez era el hombre que yo tanto amaba.
Sin pensarlo dos veces que acosté a su lado.
-Duerme. Yo aquí estaré. Te prometo que aquí estaré-
-Gracias. Muñequita preciosa- dijo con una sonrisa triste en sus labios. Empecé a tararear alguna canción para que le pudiese dormirse. No supe por cuánto tiempo lo hice, pero surtió efecto porque al fin cayo dormido. Esperaba que no volviese a tener esa pesadilla durante el resto de la noche.
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Continuara....
