miércoles, 23 de septiembre de 2009

FANFICTION.." BATALLA DE AMOR" ...CAP. 16 Y 17

ESTE FIC SE LLAMA "Batalla de amor "..ES LA SECUELA DE EL FIC Q ANTERIORMENTE ABIA SUBIDO, SE LLAMABA " CUIDAR DE TI" ESTA DEMAS DECIR Q NO E SMIO Q LA GENIA Q LO ESCRIBIO ES

"Tsuyu ryu "

TOOODOS LOS MERTITOS SON PARA ELLA...NO ME A AUTORIZADO A SUBIR EL FIC..PERO Q QEDE CLARO Q MIS INTENCIONES NO SON MALAS..SOLO QIERO Q USTEDES LO LEAN...ES UN FIC MUY GENIALL SI NO LES GUSTA LO DEJO DE SUBIR... USTEDES AVISEN..

NOTA:
ANTES D ESUBIR EL CAPITULO..PARA LAS Q TENGAN DUDA...ESTO ES UNA SECUELA D UN FANFICTION Q SUBI ANTERIORMENTE...SE LLAMABA "CUIDAR DE TI"....ESTE FIC E SLA SECUELA....ASI Q TODOS LOS DETALLES ESTAN EN EL FIC PASADO...


CAP. 16 :

“Una batalla diferente”

BPOV

Habían pasado dos días. Dos días de agonía, de pena, de lágrimas.

¿Por qué la vida era tan injusta con nosotros? Ahora que finalmente estaba casada con Edward, un estúpido vampiro tenía que aparecer y arruinarlo todo. Me sentía triste… ya no tenía el valor de sonreír. Mi vida estaba destrozada, vacía. Cada minuto que pasaba me hacía recordarlo. Cuando me acercaba al piano, escuchaba mi canción de cuna; cada vez que me sentaba en el sillón, recordaba sus brazos alrededor mío; cada vez que respiraba recordaba su rostro, su sonrisa, su voz aterciopelada… la forma en que me sonreía, la forma en que sus ojos dorados me deslumbraban… su risa.

Los Cullen estaban tan mal como yo. Noté grandes cambios en ellos. Emmett ya no era el vampiro alegre y despreocupado que yo conocía; ya no sonreía, y tenía la tendencia de destruir todo a su alcance. Rosalie intentaba reconfortarlo, pero no sabía como. Jasper salía y permanecía activo la mayor parte del tiempo, desesperado por encontrar una solución; era extraño verlo así… yo estaba acostumbrada a su carácter tímido y tranquilo. Lo peor era ver a Esme y a Carlisle; ambos pensaban en Edward como en su hijo, y estaban devastados por su ausencia. En ocasiones, Esme miraba el piano con tal tristeza que creí que lloraba, y permanecía en silencio todo el tiempo. Por otro lado, Carlisle me dio aun más razones para admirarlo… estaba destrozado también, podía verlo en sus ojos, pero permanecía firme, concentrado. Todos eran tan diferentes de antes… era como si su entusiasmo y alegría se hubieran ido con Edward.

Estos días habían sido horribles, pero al menos esta vez no estaba sola. Alice estaba conmigo todo el tiempo, y a veces Esme nos acompañaba también. Carlisle y los demás salían casi todo el día, buscando al aquelarre o cualquier cosa que pudiera salvar a Edward. Alice había insistido en ayudarlos, pero Jasper se había negado; sabía que Azael la quería también a ella, y no estaba dispuesto a correr riesgos. Así que aquí estábamos, sentadas en el sillón, esperando que algo pasara. Suspiré al sentir lágrimas en mis ojos de nuevo; era asombroso que aun pudiera llorar después de dos días. Alice se acercó a mí.

“Todo saldrá bien, Bella” dijo.

“¿Viste algo?” pregunté con acritud. Ella negó con la cabeza.

“No, pero debemos tener esperanza, ¿no crees?” añadió, sonriendo con tristeza. Nunca la había visto así. Ella se dio cuenta de mi mirada y rió. “Extraño a Jasper” dijo.

“Alice…” dije. No había notado lo preocupada que estaba.

“No te sientas mal, es solo que…” dijo, pero se detuvo de golpe. Vi su mirada perdida con una mezcla de miedo y esperanza: estaba teniendo una visión, estaba viendo a Edward. Quise gritarle para que me diera respuestas, pero hice un esfuerzo por esperar a que terminara. Segundos después, me sonrió y se levantó con sorprendente velocidad e… ¿impaciencia?

“¡Los vi! ¡Vienen hacia acá!” prácticamente gritó. Me puse de pie de un salto.

“¿Los viste? ¿Él está…?” pregunté, incapaz de terminar.

“Si. Él esta con ellos… necesito hablar con Carlisle” dijo, y marcó su número en su celular.

“¿Carlisle? Tuve una visión… si, está ahí… en una o dos horas… no, aquí… no lo sé, están involucrados después de eso… si… de acuerdo. Te veo pronto. Dile a Jasper que se apure a regresar o lo mato” dijo ella, y colgó. Yo la miré ansiosa.

“¿Alice?” pregunté.

“¡Oh, lo siento, Bella! Los vi venir aquí; aparentemente, Azael desea que me una a él ahora. Pero después de un momento todo se volvió borroso… tus amigos vienen también. Probablemente los detectaron” dijo Alice, seria.

“¿Y que hay de Edward? ¿No viste…?” pregunté, sin desear de nuevo terminar la frase. Ella suspiró.

“Lo siento, Bella. Mis dos opciones siguen ahí… no puedo ver su reacción” dijo. A pesar de las posibilidades negativas, mi corazón latía deprisa… si iba a morir, al menos podría ver a Edward por última vez.

Una hora después, estábamos afuera de la casa, esperando al grupo de Azael. Estaba nerviosa; ¿vería la muerte de mi familia? Sentí una mano en mi hombro, y miré a Alice. Suspiré, lista para hablar.

“Escuchen… quiero que sepan que los quiero mucho… a todos. Estoy muy feliz de estar con ustedes ahora. Gracias por aceptarme, y quererme como a uno de los suyos” dije con voz temblorosa. Después de todo, si iba a morir aquí, quería que supieran lo mucho que significaban para mí. Todos sonrieron.

“Gracias, Bella. Nosotros te queremos también… pero no te despidas aun. Debemos tener fe” me dijo Carlisle.

“Están aquí” dijo Emmett. Miré al frente, y los vi emerger del bosque.

“Vaya… parece que tenemos una fiesta de bienvenida” dijo Azael, que se detuvo frente a nosotros con Caitlin… y Edward. Contuve la respiración al verlo de nuevo; sus ojos normalmente intensos eran negros y vacíos, y los círculos bajo ellos eran enormes. Vi que él y otros vampiros tenían cortes en el rostro y los brazos… me pregunté la razón. Pero Emmett era más rápido.

“¡Estúpido! ¡¿Qué le hiciste?!” le gruñó. Azael sonrió.

“Tus amigos lobos son muy… entusiastas” respondió. Jadeé de nuevo; ¿Jacob y Sam los atacaron? ¿Estaban bien? Escuché un aullido en la distancia… como Alice había predicho, habían percibido el regreso de Azael.

“Esta es tu última oportunidad, Azael. Devuelve a Edward… o muere aquí” dijo Emmett. Azael se rió de él. Deseaba tanto romperle la cara. Si tan solo fuera un vampiro…

“¿Alice? ¿Has cambiado de idea?” le dijo. Ella gruñó. “Ya veo… bueno, es una pena. Un don tan útil desperdiciado. ¿Edward?” dijo Azael, y Edward se agazapó, listo para atacar. Me asusté; su don le permitía vencer incluso a Emmett, pues leía sus movimientos antes de que los hiciera.

Mi familia se preparó también. Alice me miró con una expresión que no comprendí. Me empujó hacia atrás para protegerme. Sin señal alguna, Emmett corrió hacia Azael y lo golpeó con tanta fuerza que lo lanzó hacia un árbol. El ejército de vampiros nos atacó, mientras Emmett y Azael seguían luchando. Mi familia atacó también; vi con horror como Esme sujetaba el brazo de Caitlin y mordía su hombro… nunca la había visto así. Eran demasiados; incluso con su experiencia, los Cullen estaban en peligro esta vez. Pero entonces miré al centro de la batalla, y mi corazón se detuvo.

Carlisle y Edward estaban ahí, dando vueltas, esperando una oportunidad de atacar. Vi con horror que Carlisle le gruñía a su hijo, pero él no se movió. Me parecía que estaba hablando con él, pero Edward no escuchaba.

“¡Mátalo, Edward!” escuché decir a Azael. Edward gruñó, y atacó a Carlisle.

Carlisle intentó evadirlo, pero Edward era demasiado rápido. Anticipaba todos sus movimientos, y contraatacaba. Mordió el cuello de Carlisle, y lo escuché gruñir de dolor; levantó la mano y golpeó a Edward en la cabeza… y él lo soltó. Carlisle atacó de nuevo, y consiguió golpear a Edward en el pecho, donde sabía que era más vulnerable. Edward gruñó, insensible al dolor, y sujetó el brazo de su padre para luego lanzarlo al suelo. Carlisle se levantó de inmediato e intentó sujetar a Edward, pero sus pensamientos lo delataron y Edward escapó. Me sentí aterrorizada al verlos; yo sabía que Edward quería a Carlisle como a un padre, y ahora lo veía intentar matarlo. Deseé gritarle, obligarlo a detenerse… quizás Alice tenía razón, quizás lo mejor era salvar su alma, liberarlo de esto… pero me rehusaba a dejarlo morir.

Carlisle trató de someter a Edward, sujetando sus hombros, pero falló. Edward saltó sobre él, y ambos cayeron al suelo. Edward sujetó los hombros de Carlisle con tanta fuerza que probablemente los rompió, y movió su cabeza hacia el cuello de su padre, listo para cortar su cabeza. Pero Carlisle era rápido, y sujetó la cabeza de Edward con sus manos; vi que forzaba a Edward a exponer su cuello, y contuve el aliento cuando entendí lo que iba a hacer.

“Lo siento, hijo… te quiero” le escuché decir. Lo dijo en voz alta para que todos pudiéramos oírlo. Lloré, y observé con horror como los dientes de Carlisle se acercaban al cuello de Edward… pero dudó, y se detuvo cerca de su objetivo. Edward permaneció inmóvil, ¿Por qué? Creí que aprovecharía la ventaja… quizás no estaba tan sometido como creíamos. De pronto, escuché un familiar gruñido cerca, y vi un enorme lobo marrón saltar hacia Edward. Jacob mordió su cuello y lo empujó hacia el suelo, lejos de Carlisle.

Edward reaccionó de inmediato, y golpeó a Jacob. Él lo soltó, y Edward se levantó de nuevo, gruñendo. Jake lo atacó, pero Edward lo esquivó y avanzó para morderlo. Entonces, Carlisle se acercó y empujó a Edward hacia un lado, haciéndolo caer de nuevo. Jacob le gruñó a Carlisle; era obvio que no deseaba ayuda… o quizás creyó que Carlisle estaba protegiendo a su hijo adoptivo. Entonces Edward saltó sobre Carlisle, y lo empujó hacia el suelo. Jake aprovechó la oportunidad y atacó, era evidente que su objetivo era el cuello de Edward… que estaba demasiado distraído con Carlisle para notarlo… el hocico de Jacob estaba a solo centímetros de él… no, no podía permitirlo.

“¡Jacob, no! ¡POR FAVOR!” grité con todas mis fuerzas.

En todo el bosque se escuchó un gemido de agonía.

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CAP. 17 :

“Batalla de amor”

BPOV

El aullido de agonía de Jacob se escuchó en todo el bosque, y me partió el corazón. Cuando grité, lo distraje, y Edward sujetó su cuello sin soltar a Carlisle. Jacob se movía con desesperación, tratando de escapar, pero Edward era demasiado fuerte. Escuché los jadeos de Jake mientras intentaba respirar, pero estaba perdiendo el conocimiento.

“¡Edward! ¡Por favor, detente!” grité con todas mis fuerzas, pero no me escuchó.

Vi que Carlisle intentaba empujarlo pero, antes de que lo consiguiera, un enorme lobo negro atacó a Edward, mordiendo el brazo que sujetaba a Jake. Edward gruñó y soltó el cuello de Jacob… que gimió y se tambaleó al alejarse, demasiado mareado para ayudar a Sam. Él ahora estaba sobre Edward, intentando morder su cuello, pero esta vez Edward no sentía nada, ni siquiera dolor, así que golpeó el pecho de Sam y prácticamente lo lanzó hacia un árbol, ignorando sus heridas. Edward no perdió tiempo y atacó a Sam, que estaba tratando de recuperar el equilibrio… vi que saltaba, exponiendo los dientes, listo para atacar, para matar… pero entonces otro lobo negro, incluso más grande que Sam, se colocó frente a él.

Alphonse gruñó de dolor cuando Edward sujetó sus hombros, pero consiguió evadir sus dientes ponzoñosos y morder su cuello. Edward gruñó y lo hizo a un lado con tal fuerza que hasta yo escuché que sus huesos se rompían. Alphonse se levantó de inmediato, y empujó a Edward con la misma furia. Me sorprendí al notar que estaba intentando alejar a Edward de Sam… vi que él estaba tan sorprendido como yo, ya que permaneció inmóvil, gruñendo suavemente y observando como su ‘padre’ luchaba contra Edward –de nuevo-. Cada vez que intentaba acercarse a Sam, Alphonse lo atacaba con fiereza, incluso arriesgando su vida para proteger la de Sam.

A mi derecha, un tronido me distrajo de la batalla. Vi a Emmett en el suelo, gruñéndole a Azael y a otro vampiro cerca de él. Azael ni siquiera estaba herido. Me sentí furiosa; este desagradable vampiro no estaba luchando limpio. Emmett se levantó, listo para continuar, pero Azael desapareció. El otro vampiro atacó a Emmett, pero su líder permanecía oculto. Vi que el resto de los Cullen seguía luchando… Jasper encontró a Azael, y lo lanzó contra un árbol, que se rompió con el impacto. Azael se levantó y lo atacó, pero Jasper era rápido y lo esquivó. No pude ver mucho de su batalla, solo borrones de color… pero entonces Jasper golpeó a Azael en el rostro, y el vampiro detuvo su ataque por un momento, gruñendo.

“¡No tocarás a mi Alice!” escuché decir a Jasper. Azael sonrió.

“No es tu elección” respondió, y desapareció de nuevo. Vi que otro vampiro intentaba capturar a Alice, sin éxito. Esme y Rosalie atacaron también… giré la cabeza; el espectáculo era muy doloroso para verlo.

Jacob había regresado a la batalla cuando Alphonse cayó, con una pierna colgando a su lado, rota. Vi que Edward lo golpeaba de nuevo, lo escuché gemir de dolor… no podía soportarlo más. Edward tenía un corazón tan bueno y amable; si regresaba con nosotros, se sentiría devastado por esto. Tenía que detenerlo, ¿Pero como? Yo era débil, una simple humana entre una pelea de vampiros. Recordé con dolor las palabras de Edward, una noche que le pregunté cuanto me amaba…

“Tanto que no podrías imaginarlo. Tanto que, incluso de forma inconsciente, mis pensamientos me guían hacia ti. Tanto que dudo que haya algo en este mundo capaz de alejarme de ti”

¿Lo decía en serio? ¿Podría yo hacerlo reaccionar? ¿Estaba dispuesta a arriesgar mi vida para ello? Si. Estaba dispuesta a morir. Vi que Edward empujaba a Jacob de nuevo, pero esta vez estaba decidida: esperando una oportunidad… extrañamente, los vampiros estaban retirándose; era evidente que Azael no deseaba perder a los mejores elementos de su ejército. La orden silenciosa llegó a Edward, y se detuvo por un momento. Esta era mi oportunidad. Corrí tan rápido como pude, hacia él… me vio con esos horribles ojos vacíos, pero no se movió. Creí ver el rostro de Azael, repentinamente preocupado… y sentí esperanza; aparentemente, Edward estaba desobedeciendo. Lo abracé con fuerza, apretando mi cuerpo contra el suyo.

“¡Edward! ¡Por favor, detente! ¿No me recuerdas? ¡Soy yo, Bella! ¡Por favor, regresa! ¡Vuelve a mi!” le dije mirándolo a los ojos, buscando algún rastro de que me reconocía.

“¡Edward! ¡Mátala!” le gritó Azael. Sentí que sus manos sujetaban mis hombros, pero nada más. Recordé vagamente lo que Alice había visto: él iba a matarme. Pero me rehusé a creerlo; ella había dicho que el futuro no estaba escrito, que podía cambiarse. Ignorando mi temor, sujeté el rostro de Edward con mis manos, mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.

“Edward… por favor, recuerda… por favor…” le rogué.

“¡Edward! ¿Qué estas esperando? ¡Te ordené que la mataras! ¡AHORA!” gritó Azael. Pude ver que ahora estaba en verdad preocupado y desesperado. Edward NO ESTABA obedeciendo.

Lo miré, esperanzada, y vi que sus ojos cambiaban. Hizo un gesto, como de dolor, y comenzó a respirar más rápidamente. Gruñó y cerró los ojos, luego me soltó… se sujetó la cabeza con ambas manos, gruñendo; se tambaleó un poco, e hizo una mueca de nuevo. Vi que Azael estaba ahora detrás de él; tenía un gesto de dolor también, mientras luchaba por recuperar el control… pero Edward era fuerte. Azael se sujetó la cabeza; se enfocaba tanto en Edward que los demás vampiros se detuvieron. Escuché jadear a Alice… el futuro que veía estaba cambiando, ¿pero de que forma?

“Déjame… no…” escuché decir a Edward. Su voz mostraba el esfuerzo, pero no era vacía. Estaba regresando. Azael gruñó detrás de él.

“No te atrevas… ¡No eres lo bastante fuerte!” dijo. Estúpido. Edward ERA más fuerte que él. Edward gruñó de nuevo, y Azael cayó de rodillas, aparentemente adolorido. Edward cayó también, y yo me arrodillé a su lado, temerosa. ¿Qué es lo que iba a ver? Levantó la cabeza para mirarme, y lloré de nuevo: sus ojos eran negros, pero me miraba con arrepentimiento… y amor.

“¿Bella?” preguntó inseguro. Yo sonreí y lo abracé de nuevo. Estaba de regreso, era mi Edward de nuevo.

“¡Edward! ¡Edward!” repetía, incapaz de expresar mi alegría. Besé su rostro, cualquier parte que pudiera alcanzar, con tal desesperación que temblaba… hasta que encontré su boca, y lo besé como él siempre me prohibía hacer. Pero esta vez, me respondió en vez de detenerme; sentí que sus fríos labios estaban tan impacientes como los míos, y me acariciaba sin detenerse.

“Lo siento, Bella… lo siento…” repetía él entre besos.

“Volviste… volviste…” decía yo, y me sonrió con tristeza. Acaricié su rostro, intentando convencerme de que no era un sueño. Él besó mis manos.

“Gracias, Bella… gracias…” me dijo. El resto de mi familia estaba ahí en un segundo; todos parecían a punto de llorar.

“¿Cómo…?” preguntó Alice, asombrada.

“¿A quien le importa?” dijo Emmett, y se inclinó para darle a Edward un abrazo –algo difícil, considerando que yo me negaba a soltarlo-. Esme se veía tan dichosa… y Carlisle sonreía en una forma que nunca había visto.

“Bienvenido de vuelta, hijo” dijo Carlisle. Rosalie reía nerviosa detrás de él. Jasper se acercó para abrazar a Alice.

“¡Que escena tan linda!” se burló una voz detrás de nosotros. Edward se levantó de inmediato, y me colocó detrás suyo para protegerme. Azael nos miraba, pero su sonrisa arrogante había desaparecido. Estaba furioso.

“Aun no termina” dijo Edward. Miré alrededor: la manada estaba bien pero Sam, Jake y Alphonse estaban heridos… los lobos más grandes del grupo no podían luchar, y Azael había recuperado el control de su ejército, que ahora nos rodeaba.

“Sabes que no puedes ganar, Edward. Tu única opción es rendirte… Alice y tú no entienden la extensión real de sus dones. ¿Te das cuenta de lo que podríamos hacer juntos? ¡Seríamos imparables! ¡Hasta Aro y los Volturi tendrían que obedecernos!” dijo Azael. Edward gruñó.

“Eres igual que Aro… solo piensas en el poder, nada más. Prefiero morir a servir para tus malévolos planes” dijo Edward.

“¡Así se habla, hermano!” dijo Emmett con entusiasmo. Azael gruñó.

“Entonces todos morirán aquí” dijo Azael. El ejército se acercó a nosotros, pero Edward no estaba poniendo atención. Parecía estar escuchando la mente de Carlisle.

“Yo lo haré… es mío” le dijo. El rostro de Carlisle mostraba preocupación. Edward sonrió.

“Puedo escapar de su don… yo lo haré, no te preocupes” dijo. Carlisle asintió, reacio. Yo lo miré, esperando una explicación, pero ya tenía una idea de lo que se proponía. No me gustó.

“¿Qué te parece un trato, Azael?” preguntó Edward, serio. Azael pareció interesado.

“¿Un trato? ¿Qué quieres decir?” preguntó.

“Tu y yo, solos, en una pelea. Si ganas, puedes llevarnos a los dos” dijo Edward y le guiñó un ojo a Alice, que sonrió. “Pero si yo gano… bueno, creo que ya sabes lo que pasará” concluyó. Azael lo miró furioso.

“¿Me estás amenazando, chico?” preguntó, gruñendo.

“Bueno, si no tienes el valor…” interrumpió Jasper.

“¡Vamos! No eres un cobarde, ¿o si?” lo retó Emmett. Azael gruñó. Era obvio que no le gustaba ser tratado de esa forma. Se acercó y sonrió, tratando de ocultar su ira.

“Muy bien, chico… si quieres hacerlo difícil, que así sea” dijo, y se agazapó. Edward estaba a punto de moverse cuando sujeté su brazo, incapaz de dejarlo ir. Él levantó mi rostro con la mano, y limpió mis lágrimas.

“Volveré pronto… lo prometo, amor” dijo, y me besó con suavidad. Tenía que ser fuerte por él.

“Estaré observando” dije, y él avanzó hacia Azael. Esme me abrazó en un intento de calmarme.

Vi que la manada permanecía inmóvil, esperando la batalla. Vi con miedo como Edward se agazapaba, listo para atacar. Vi como mi único amor verdadero se preparaba para defender a su familia, a la manada y a mí. ¿Lo perdería de nuevo?

Observé con esperanza, rezando por su victoria, mientras ambos vampiros caminaban en círculos. La batalla final estaba por comenzar.

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CONTINUARA...COEMNTEN...

2 comentarios:

  1. son muy buenos estos fansfic....
    ojala sigan escribiendo mas, ya que me alegran el dia... amo a la familia cullen (a todos)
    gracias por escribir y sigan asi

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  2. q geniall es capiiq buenoq edward volvio kjajka xd esopds aludos y espero el otro capii okis adiosss

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