domingo, 11 de octubre de 2009

ONE-SHOOT..."LA PARTIDA"...

LES ACLARO QUE YO NO LO ESCRIBO..COMO SIEMPRE...LA GENIA SE LLAMA ::

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Nocturn.Rose "....

ES SOLO UN CAPITULO..RECUERDEN..ES UN ONE-SHOOT---


La Partida

Me odiaba. Me detestaba a mi mismo con toda la fuerza de mi cuerpo. Era lo peor que había.

Las palabras que había dicho aún resonaban en mi cabeza mientras corría a toda velocidad hacia la casa de Bella. Su rostro era lo que más me torturaba; creo que si hubiera podido llorar lo hubiera hecho.

Acababa de mentir de la manera más descarada y vil de la historia de todos los mentirosos; de todos ellos yo era el peor, el que merecía más castigo. Y estaba bastante seguro de que el lacerante dolor que sentía ahora era por completo merecido y no era suficiente. Había dejado a Bella. La había abandonado.

Durante los últimos días me había la planteado la cuestión seriamente, inseguro de que hacer. Jasper casi la había matado el día de su cumpleaños; yo había hablado con el aún así y sabía que no era su intención, pero fue su primer impulso y casi acabó con su vida. ¿Qué tal si la próxima vez fuera yo?¿Qué tal si la próxima fuera Alice, Rosalie o Emmett? A ellos les había costado mucho ignorar la sangre cuando Bella se cortó. Eran los años y la rapidez mental de Carlisle lo que la habían salvado, porque sus reflejos habían puesto orden enseguida. Mientras él la curaba yo había ido a ver a mis hermanos, y había visto la cara desencajada de Jasper. Podía recordarlo con toda claridad, incluso lo que pensaba.

Flash Back

“Edward, habla con Jasper” me pidió Alice mentalmente. Yo cruce el jardín y me encamine al bosque, tratando de tranquilizarme y olvidar la impresión que causaba en mi la sangre de Bella. Cuando llegué había un cuadro poco agradable. Emmett sostenía por debajo de los brazos y por detrás a Jasper, que no oponía resistencia, y cuya cabeza colgaba contra su pecho lánguidamente, con el cabello rubio tapando su expresión. Pude sentir su tristeza aún desde varios meros. Se sentía miserable. __ Jasper __ le llamé cuando me detuve frente a él. Emmett me lanzó una mirada de advertencia y Rosalie, sentada a un lado sobre una roca, bufó y apartó el rostro con irritación. Alice estaba al lado de Jasper, acariciando su mano inmovilizada y susurrándole palabras de consuelo.

Jasper alzó la cabeza lentamente y me miró con tristeza. Tenía los ojos negros de sed.

__ Edward, lo lamento tanto... __ me dijo con un hilo de voz; pero yo negué con la cabeza.

__ ¿Cómo estás? __ pregunté; podía sentir en su mente el enojo que tenía en ese momento hacia si mismo.

Él suspiró y movió la cabeza hacia atrás, tratando de ver a Emmett, cuya tensión no se relajaba.

__ Supongo que bien __ murmuró, pero no hizo ningún esfuerzo por soltarse, temiendo meter la pata otra vez. “¿Podemos hablar en privado?” me preguntó en su mente, echándole una ojeada a Rosalie.

__ ¿Serás capaz de resistirlo? __ pregunté yo a mi vez, mirando a Emmett; pero no fue él quien respondió, sino Alice, que me miró y asintió con la cabeza.

__ Muy bien __ dije frunciendo el ceño-. Emmett, Rosalie, váyanse _ oredné con autoridad. Emmett soltó lentamente a Jasper y empezó a Rosalie hacia el bosque, sin comentar nada.

“ Si me necesitas, llámame” me dijo en su cabeza antes de marcharse. Yo asentí hacia él y luego miré a Alice.

__ Los dejaré solos __ anunció, y cuando pasó por mi lado pude notar el destello de su mirada; “estará bien, pero aléjalo de la casa. El olor es muy fuerte”. Yo asentí sin comentar nada.

Cuando todos se hubieron ido, Jasper se dejó reclinar contra el árbol a su espalda y apoyó la cabeza contra la corteza.

__ Es tan duro... __ murmuró.

__ Tienes que controlarte.

__ Lo sé __ respondió, y entonces me miró-. De verdad que lo siento, Edward. No quise hacerle daño... fue su sangre, es tan... __ encajó la mandíbula y se golpeó de nuevo la cabeza, tratando de olvidar en su mente el olor. Yo me tensé.

__ Perdóname __ susurró-. Me cuesta mucho.

__ Lo sé. Lo entiendo __ respondí relajándome un poco.

__ Normalmente no es tan difícil, cuando está en la casa, aunque me mantengo alejado por precaución. Pero de eso a verla sangrar frente a mí... __ bufó y cerró las manos en puños-. No se como lo resistes, la verdad.

__ Años de práctica de autocontrol __ expliqué yo secamente-. Eso y que... la amo. No soportaría perderla, me dolería aún más que a ti el perder a Alice.

__ Alice es mi vida __ me dijo mirando el piso.

__ Lo sé __ contesté.

__ No se si sirvo para esto, Edward, es un desafío demasiado duro __ me dijo con tristeza y enojo consigo mismo-. Carlisle me tiene fe, y confía en mí, igual que todos ustedes, lo siento, pero no se si merezco esa confianza. Es demasiado difícil... me siento tan...

“Débil”. No llegó a decirlo, pero la palabra resonó en su mente como un eco. Yo esperé, sabiendo que no había terminado.

__ Tal vez debería irme... ya sabes, y yo no soy como Rosalie. A mi si me importa Bella __ me dijo con honestidad-. Para mi ya es prácticamente parte de la familia, prácticamente como una hermana más, o al menos lo será, según Alice.

__ No de esa forma __ dije yo cortante. Jasper bufó.

__ Sabes que las profecías de Alice se cumplen; sus visiones siempre tienen bases sólida, Edward __ me dijo mirándome fijamente.

__ ¿Podemos evitar esto? __ le pregunté. No tenía ganas de charlar de eso.

Jasper suspiró y volvió a empezar.

__ Debería irme__ repitió-. No puede ser que ni siquiera resista una miserable gota de sangre, llevo más de tres años con ustedes, debería ser capaz de controlarme.

__ Jasper, ya te lo dijo Carlisle, el autocontrol es algo que se gana con los años y la práctica; no puedes darte por vencido __ le expliqué-. Eres parte de la familia, eres un Cullen, y los Cullen siempre permanecemos juntos.

__ ¿Cómo puedes decir eso después de que casi maté a tu compañera? __ me susurró desconcertado; pero sus palabras eran más una crítica a si mismo, más el pensar que no merecía esa confianza que yo le daba.

__ Porque eres mi hermano __ le dije yo, y me acerqué para poner mi mano en su hombro-. Jasper me miró, y los sentimiento de pena, bronca y remordimiento que despedía se intensificaron.

__ Odio todo esto __ susurró enfadado, y partió de un codazo el árbol detrás de él-. Odio sentirme débil; y detesto tener que causar tantos problemas. Se que en un momento pensé en matar a Bella, cuando ella apareció y tuvimos esa discusión, pero no le haría daño ahora, no premeditadamente, al menos, y después de todo lo que tú has hecho por nosotros, de lo paciente y discreto que eres, yo casi destruyo tu mundo. Sé que ella es tu mundo

__ Si, lo es __ respondí yo.

__ Edward, después de Carlisle, tú eres casi un líder para nosotros __ me dijo sinceramente, y me sorprendí un poco de sus palabras-. Somos un aquelarre completo, pero para Alice, Rosalie, Emmett y yo, que somos los hermanos, la pandilla de adolescentes de los Cullen; el que lleva la voz cantante eres tú. Carlisle te tiene más confianza que a cualquiera de nosotros, y cualquiera de nosotros te seguiría al fin del mundo. Lo que pasó con ese imbécil de James... __ se interrumpió, recordando-. Bueno, tú pusiste las cosas en orden. Todos corrimos a proteger a Bella cuando estuvo en peligro,; Rosalie más obligada, pero Alice, Emmett y yo... yo lo hice por voluntad propia y porque te lo debía __ me miró a los ojos y los suyos, oscuros, se profundizaron-. Dudé de ti al principio, pero tú eres en cierta forma el mayor y el menor. Eres el más inteligente de todos, Edward, no soportaría mirarte a la cara si te quedaras sin ella, y más aún saber que fue por culpa mía. Eres siempre el que nos entiende y nos escucha. El único que puede comprendernos del todo.

__ Eso vino con la conversión __ dije sonriendo y tocándome la frente con un dedo. Jasper me devolvió la sonrisa por la gracia.

__ No es solo por eso, es que... __ ladeó la cabeza mirando al cielo estrellado-. No conozco a muchos como tú, Edward, y créeme que he visto muchos vampiros en mi vida.

Se rozó ausentemente las cicatrices de la mano, producto de las batallas, y al final me devolvió la mirada.

__ Lo lamento, hermano __ me dijo torciendo el gesto. Yo asentí con ligereza y me acerqué para chocar mi puño con el de él.

__ Descuida, Jazz, no te atormentes. No fue culpa tuya __suspiré fue culpa de nadie.

El asintió sin mucha convicción. En ese momento apareció Alice repentinamente, descolgándose de un árbol y cayendo a nuestro lado.

__ ¿Listo? __ preguntó. Yo asentí secamente. Jasper suspiró otra vez.

__ ¿Cómo está Bella? __ preguntó.

__ Bien, Carlisle ya ha terminado de curarla, quedó como nueva __ dijo alegremente, aunque con una nota de preocupación en la voz-. No te preocupes, Jazz, me dijo que te dijera que no te sientas mal, que no fue tu culpa, que no está enojada y que te perdona.

Jazz sonrío con abatimiento y me miró.

__ Es buena __ dijo. Yo asentí preocupado.

__ Ya puedes volver, Edward __ me dijo Alice sonriendo.

__ Dile a Emmett que venga __ dije antes de marcharme-. Llévenlo de caza __ señaló a Jasper con la cabeza., Aprovéchalo y aclárate la cabeza __ le pedí. Èl asintió sin decir nada y yo eché a correr de nuevo hacia la casa.

Durante tres interminables días me debatí internamente, sin saber que hacer, sin saber que decir o que pensar. Apenas quería tocar a Bella, me sentía un monstruo. Un asqueroso y peligroso monstruo. Uno que la amaba demasiado para pensar en si mismo.

Estaba seguro de que ella había notado mi repentino cambio de humor por eso no la había sorprendido mi invitación al bosque. Era muy preceptiva, pero poco astuta. Creía que íbamos a tener una discusión de pareja.

Pareja. Mi corazón muerto se sacudió de dolor cuando recordé la palabra. Yo la amo, la seguiré queriendo por siempre, de eso estaba seguro, pero ¿como podía estar a su lado sabiendo que la ponía en peligro? ¿Sabiendo que a cada paso mío ella se acercaba más al borde del precipicio? El 13 de Septiembre había estado a punto de caer, y por uno de mis propios hermanos, uno que la quería. Si Jasper casi la había matado siendo que la quería, entonces, ¿qué quedaba para mí que la amaba? En cualquier momento yo podría ser quien acabara con su vida.

No podía permitir que eso pasara, así que esta mañana lo había decidido al levantarme de mi letargo mental sobre el sillón. Había decidido dejarla, dejarla para que viviera y no corriera peligro; dejarla para que siguiera con su vida y la disfrutara, porque la vida es lo más precioso que tienen los humanos, y a Bella no le convenía estar conmigo; por mucho que yo la adorara. Por más fuerte que fuera la pasión que sentía por ella.

Quizá ahora que ya le había mentido (y maldito fuera por haberlo hecho, por haber visto su rostro destrozado cuando dije “no”, por más que supiera que era necesario) ella podría seguir adelante. Le costaría, estaba seguro, pero podría ser feliz sin mí, porque yo ya no pondría su vida en peligro. Todo estaba listo, el frío plan que había trazado en mi cabeza estaba completo: dejar una nota en casa de Bella para que supieran donde estaba porque no sabía si sería capaz de volver con el shock; iría a casa y luego todos nos largaríamos para jamás volver a interrumpir la vida de Bella.

Ella se merecía algo mejor.

Durante los pocos segundos que tardé en pensarlo todo y llegar a casa de Bella, fui lo suficientemente cuidadoso para no dejar huellas; aunque sabía que ella lo entendería todo cuando regresara a su hogar.

Entré a la pequeña y acogedora casa, y lo primero que hice fue tomar papel y lápiz. Era muy bueno con la caligrafía falsificando cosas. Charlie no notaría la diferencia. Rápidamente escribí:

Voy a dar un paseo con Edward por el sendero. Volveré pronto. B.

Esperaba que lo viera y encontrara a su hija antes de que Bella fuera capaz de hacer una estupidez. Por eso había gastado mis últimos segundos con ella, para hacerle prometer una sola cosa: que no haría nada estúpido. Que no pondría su vida en peligro.

Y eso me trajo algo a la mente: las cosas. Yo le había prometido a ella que sería como si nunca hubiese existido, como si nunca hubiera entrado a su vida. Tenía que acabar con la evidencia.

Corrí por las escaleras y al fin penetré por la habitación en la que tantas noches antes me había colado, Ver la cama y recordar todas las noches que la contemplé dormir entre mis brazos me produjo un horrible nudo en la garganta, pero debía seguir adelante.

Se frío, Edward. Me dije a mi mismo; de forma figurativa claro, porque no podía ser más frío de lo que era siendo vampiro. Recorrí el lugar y junté todo: el CD que le regalé para su cumpleaños, los billetes de avión de Carlisle y Esme, todo. Me aseguré de que todo estuviera ordenado, de que todo siguiera igual. Y entonces fui por las fotos.

Tomé el olvidado álbum de fotos de Bella y lo abrí con cuidado , preparado para llevarme todo. La primera foto mía la había sacado Bella; sonriente y despreocupado en el living. Sonreí con nostalgia cuando vi mi nombre completo escrito con sus trazos más estilizados de lo habitual; parecía que se había esforzado mucho en que quedaran perfectos. Suspiré y extraje la foto, dejando la página vacía. Así avancé con el resto, quedándome con todas las que tuvieran alguna asociación a mí; hasta que en el álbum solo quedaron las de sus amigos humanos.

Cuando terminé con ese rápido trabajo vino la gran incógnita: que hacer con las cosas. ¿Me las llevaba? ¿Las destruía? ¿Qué se supone que debía hacer con las cosas que eran un recuerdo dado a la mujer que amaba? Di un par de vueltas por la habitación preguntándomelo; y entonces fue que escuché muy claramente crujir el suelo de madera debajo de mí. Reconocía ese sonido. Sonaba a hueco.

Me puse en cuclillas de inmediato y golpeé un par de veces con los nudillos las tablas.

Nock, nock. Hueco otra vez. Alcé una ceja sorprendido , y cuidadosamente deslicé mis dedos bajo las hendiduras del piso. Me sorprendí aún más al descubrir que un par de tablas se levantaban, dejando un espacio vacío y oscuro bajo ellas. Sonreí casi imperceptiblemente, al fin había encontrado mi respuesta.

Yo amaba a Bella, la amaría por siempre, y lamentablemente era demasiado egoísta para dejarla irse del todo. Tenía que borrarlo todo, pero aún así quería dejar algo mío con ella, como un símbolo de la parte de mi corazón que siempre la acompañaría, por más lejos que yo estuviera. Agarré todo y lo puse bajo las tablas, sellándolas cuidadosamente de manera que todo quedara igual.

Pensé, quizá con tristeza, que tal vez un día ella podría encontrar por casualidad mis cosas, los objetos que le recordaban a mi, y saber que en realidad yo no había dejado de amarla como había dicho.

Esta sería la parte de mí que siempre la acompañaría; era muy infantil, pero aún así no podía dejar de hacerlo. Quería que hubiera algo mío junto a ella, aunque yo ya no estuviera más. Suspiré profundamente y le di una ultima ojeada al lugar. Ya no había nada más, tenía que irme. Me acerqué a la ventana y di vuelta la cabeza antes de marcharme.

Cerré los ojos y aspiré por última vez la dulce y embriagante fragancia que había sido mi droga por el último año.

Y entonces me lancé al vacío; directo a mi casa, a mi partida y a lo que seguramente sería el infierno helado durante el resto de mi existencia.

El infierno sin ella.


FIN....

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