lunes, 5 de abril de 2010

Fanfiction : PORCELANA !!

Bueno ha diferencia de otros fics q he subido en este caso la genial autora me autorizo y yo estoy muy feliz y agradecida con ella por eso...les comparto su Hermoso fic aca.....si quieren comentar, preguntar o algo no duden en hacerlo....;)
Bueno no se olviden que los creditos y meritos son para la genia q escribio este hermoso fic:
"
T.G.Kira" (Stefany) ella sube este fic en una pagina de fanfictions .

BUENO SIN MAS QUE DECIR LES DEJO EL NOVENO CAPITULO DE PORCELANA:

PORTADA




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9. PRECIOSA MUÑEQUITA

Tenía demasiado tiempo de no salir al jardín, no recordaba lo hermoso que era, aunque verdaderamente quedaba opacado en comparación a Bella. Tampoco recordaba la sensación que se tenía el salir al exterior, sin embargo Bella también influía en eso, el que estuviese a mi lado me daba una mejor perspectiva de todo.

Para haber sido la primera salida en mucho tiempo fue realmente agradable o tal vez no tanto. Hubo algo que realmente me molesto.

El tipo que se sentó junto a ella cuando me aleje, ¿Por qué me aleje?

Parecían tenerse mucha confianza.

¿El podría ser el tal Demetri?

Desde la lejanía podía ver como se sentó muy cerca de ella, como le sonreía y ella también lo hacía, como hablaban amenamente. En ese momento recordé lo que dibujaba y definitivamente con el ahí no podía seguir.

En el momento que había apartado la vista de ellos la volví a mi cuaderno. Casi con adoración pase mis dedos por la silueta del rostro, su rostro en forma de corazón, tan hermoso y delicado, sus brillantes ojos color chocolate, su hermosa cabellera larga cayendo en cascada con algunos mechones reposando en sus hombros. Toda ella era preciosa, pero no podía seguirla dibujando con el ahí. El no pertenecía a ese cuadro.

Pronto Bella se sentó junto a mí, y yo no quería que me viese molesto, cerré el cuaderno para que ella no viese mi trabajo. Pero ella pronto cambio mi humor, ella quería almorzar conmigo. Eso jamás lo había hecho y no podía estar más contento por eso. O quizás sí, cuando por segunda vez en el día ella tomo mi mano. Su mano era tan cálida y suave. Y tomaba la mía, cosa sorprendente para mí. Lo hacía por su voluntad, porque ella quería hacerlo. No había cosa mejor que esa.

Y ella cumplió su palabra, almorzando conmigo. A pesar del escrutinio de todas esas personas, eso no acabo con mi felicidad. Todo gracias a ella.

Cuando el día termino ella me acompaño a mi habitación para que descansara, por primera vez en mucho tiempo sentía que necesitaba dormir. Por primera vez en mucho tiempo me sentí feliz.

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En cuanto ella apareció en la habitación esta mañana, ella tenía una gran sonrisa en sus labios, como siempre, como me gustaba verla.

-Buenos días- me saludo con su dulce voz.

-Buenos días- conteste realmente feliz de verla.

Ella se desplazo con gracia por la habitación mientras servía mi desayuno. Amaba como ella se preocupaba por mí haciendo ese pequeño detalle, ya no me cuestionaba sus razones. ¿Para qué hacerlo cuando era más fácil solo disfrutarlo?

Cuando termine de comer, sabía lo que seguía. Era un trago amargo el tener que tomar ese medicamento, pero era todo por estar bien.

Tal vez Carlisle tuviese razón y yo podía mejorar, tal vez salir de aquí y tal vez…. solo tal vez….

"¿No crees que sueñas demasiado?"

Probablemente, pero no perdía nada con soñar ¿verdad?

-¿Quieres salir hoy?- la voz de Bella me saco de mis pensamientos.

-Claro que sí. A menos que hoy no quieras- dije con temor.

-No seas tontito, claro que sí. Además, hoy hace un lindo día. ¿Dibujaras?-

Claro que lo haría. Deseaba poder dibujarla otra vez, poder retratarla para mí.

A su pregunta conteste con un asentimiento de cabeza. Ella sonrió mientras buscaba mi cuaderno pero yo fui más rápido y lo tome antes que ella, no quería que viese mi trabajo, no aun.

Ella volvió a tomar mi mano para caminar junto a mí. Todavía no dejaba de sorprenderme que lo hiciera, aun no entendía sus razones, pero no me molestaba para nada.

Pronto llegamos al jardín, al mismo banco que habíamos ocupado el día anterior.

-¿volverás a sentarte debajo del árbol?- pregunto con ternura.

-Sí, desde ahí tengo una buena vista para dibujar- era la verdad, desde ahí podía verla con claridad.

-De acuerdo.- me regalo una hermosa sonrisa mientras se acomodaba en el banco, camine despreocupadamente hasta mi lugar. Me acomode para poder dibujar. En cuanto subí la mirada pude verla, estaba leyendo. No me había dado cuenta que esta vez traía un libro. Tal vez era molesto para ella estar sola.

Empecé a trazar en el papel, ni siquiera necesitaba verlo, solo necesitaba verla a ella. Intentaba captarla, todo lo que ella era, la hermosura, la ternura, la tranquilidad, la esperanza, todo lo que ella significaba en mi mundo, todo eso quería poder capturarlo, solo para mí.

Una vez el dibujo casi estuvo terminado, seguí con los detalles. Pequeñas cosas que había pasado por alto pero que eran necesarias para que fuera ella.

Me perdí en la ensoñación de su figura mientras la trazaba, en la calidez de su sonrisa, en la delicadeza de sus facciones. Mientras más avanzaba en mi trabajo más ambicionaba con definir, aunque sabía que no podía captar en su totalidad lo que ella era.

-¿Estas dibujando a la enfermera?- una suave voz a mi lado me saco de mi concentración. Gire mi rostro para ver a una chica parada junto a mí, su cabello rubio tenia ciertos tonos rojizos y su rostro era pálido y delicado.

-Si, eso hago- conteste, ella se sentó junto a mí.

-Te está quedando muy linda, aunque la chica en si es hermosa- sonrió mientras veía mi dibujo- Por cierto soy Tanya, ¿Cómo te llamas?-

-Soy Edward- dije mientras bajaba la mirada y seguía en mi dibujo.

-Es un gusto. ¿Eres nuevo o algo así? porque no te he visto por aquí.

-No, no soy nuevo, llevo aquí mucho tiempo, pero ayer fue la primera vez que Salí en mucho tiempo- no sabía porque le explicaba las cosas a esa chica.

-Ya veo. Ayer también te vi aquí. ¿La dibujabas a ella ayer?-

-Si-

-¿Puedo verlo?- pregunto con premura. Sin darme cuenta le estaba mostrando el retrato que había hecho con anterioridad.

-Es muy hermoso, pero no está terminado ¿verdad?-

-No, no lo está-

-¿Y por qué?

-Algo empaño mi campo de visión- conteste con simpleza.

-Ya veo- observo el dibujo por un buen rato y no volvió a hablar.

Me dio curiosidad esa chica, no parecía estar mal de ninguna manera.

-Disculpa que te pregunte, si quieres no contestes pero ¿Por qué estás aquí?-

-Oh, eso. Intente suicidarme y mis padres me internaron aquí- contesto mientras levanta una de sus muñecas mostrándome un feo corte en ella, a pesar de lo que decía ella seguía viendo el dibujo.

-¿Tu la quieres?- pregunto después de un rato de silencio.

-¿Cómo?-

-¿Que si quieres a tu enfermera? Bueno, creo que es una burrada preguntar, creo que lo haces, sino no podrías dibujarla de esta manera, me inspira pensar en amor, no se.- dijo con una sonrisa.

Estaba confundido ante sus palabras.

-¿Me equivoco?- pregunto contrariada por mi expresión

-No sé, la verdad. Siento que quiero estar con ella siempre, ella es de las pocas personas que me han demostrado cariño y siento el deseo de protegerla todo el tiempo- conteste

-Entonces si la quieres. ¿Qué te costaba decirme si?- dijo en un bufido.

-¿Cómo estás segura de eso?-

-Ya te lo dije, con tus dibujos es lo único que me inspira pensar, que sientes algo muy fuerte por ella. He visto los otros que tienes, son de una muñeca ¿no?-

-Aja- no entendía su punto

-Pues también son hermosos, pero no son como los de la chica, en ellos si hay sentimientos fuertes y bonitos y con los de la muñeca son de tristeza y soledad, no sé si me explico- dijo devolviéndome el cuaderno.

-¿Puedes decir eso viendo los dibujos?-

-Bueno…. si. Es lo que siento al verlos. No entiendo porque te muestras confundido, tú eres el autor, deberías saberlo mejor que nadie.- volví la mirada al cuaderno, en la imagen de Bella sentada leyendo su libro.

-¡Señorita Denali!- escuchamos un grito y ella se enderezo para ver quien llamaba.

-Debo irme. Ha sido un gusto conocerte Edward, espero verte pronto- se despidió de mi mientras se levantaba y corría hacia la enfermera que la llamaba.

Después de un rato escuche unos pasos que se acercaban a mí, tome el cuaderno y lo cerré.

-¿Estas bien?- pregunto con voz preocupada –Te has quedado quieto mucho tiempo-

-Si, Bella, estoy bien-

-Por un momento me preocupaste.- hizo una pausa para cambiar su semblante preocupado por uno aliviado- Vi que hablabas con una chica. Me alegra que hables con más personas y ella se veía muy agradable- dijo mientras me sonreía, y ante su gesto mi corazón se acelero, era una acción muy común cuando ella estaba cerca, ya estaba acostumbrado a ello.

-Bueno, creo que es hora de entrar- dijo mientras se paraba y esta vez ella extendía su mano para mí.

Ella entro de la mano conmigo, una vez más sentí las miradas sobre nosotros, pero más que nada sobre ella. Levante el rostro para ver la mirada de las personas, la veían con reprobación, como si ella estuviese haciendo algo malo. Pero ella seguía caminando tranquilamente.

Pronto llegamos a la oficina de Carlisle, como el día anterior ella toco la puerta, saludo a Carlisle y me dejo con él, pero antes de irse me recordó que almorzaríamos juntos como el día anterior.

La perspectiva de esa promesa hizo que la hora pasase volando.

Pronto Bella paso por mi y nos encaminamos al comedor en donde se sentó conmigo y comimos juntos. De vez en cuando ella me preguntaba cómo había estado la plática con Carlisle, sabía que ella quería hacer que hablara, pero era un poco difícil hacerlo.

Después de almorzar ella me guio de nuevo al jardín, pero repentinamente se había puesto nublado.

-Que lastima, será mejor que entremos antes de que llueva- dijo mientras regresábamos a mi habitación.

Entramos y me senté en la cama. Sin darme cuenta ella se había sentado junto a mí.

-¿Te ha gustado salir al jardín?- me pregunto con alegría, ella conocía la respuesta pero supongo que quería escucharla de mi.

-Mucho- conteste con sinceridad

-¿Por qué no salías antes?-

-No estoy muy seguro, sé que hay una razón por la cual no quería salir pero no la recuerdo- conteste, siempre que me preguntaban eso no sabía que decir, solo era la necesidad de permanecer aquí.

Ella no dijo nada, solo tomo mi mano entre las de ella y empezó a acariciarla con ternura.

El tiempo paso y ambos seguíamos de la misma manera, ella sostenía mi mano de manera cariñosa y ambos en silencio. Pero no me molestaba permanecer así con ella.

Tanya tenía razón, yo la quería, demasiado. La quería junto a mí siempre, ella era solo para mí.

Ella era mi preciosa muñequita a la que yo quería con todo mi corazón.

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CONTINUARA......

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