Bueno no se olviden que los creditos y meritos son para la genia q escribio este hermoso fic:
"
T.G.Kira" (Stefany) ella sube este fic en una pagina de fanfictions .
BUENO SIN MAS QUE DECIR LES DEJO EL 16º CAPITULO DE PORCELANA:
PORTADA
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16."MUÑECAS"
En la oscuridad busque a tientas el reloj de mi buro, cuando intente palparlo me tope con el aire. Una vez más estire mi brazo para intentar tomar el reloj y ver la hora para saber si ya debía levantarme y podría dormir un poquito más.
Frustrada levante mi rostro de la almohada, mis ojos tardaron un poco en enfocarse en el lugar. Ahí me di cuente que al lado de la cama no estaba mi buro y definitivamente esa no era mi habitación.
Me lleve las manos al rostro para intentar despejarme y tratar de recordar en donde estaba. Casi de inmediato recordé en donde me encontraba.
Estaba en la habitación contigua al cuarto de Edward.
Con pereza me senté en la cama un momento para intentar localizar mi celular. En cuanto lo visualice al otro lado de la habitación me levante para tomarle. La habitación en penumbras y mi mala coordinación no eran una buena combinación para mi salud física ya que me di un golpe en mi dedo contra la pata de una mesa. Me mordí el labio para no gritar y despertar a Edward, si es que no lo había hecho aun. Cuando el dolor hubo menguado tome mi celular para constatar la hora. Eran casi las seis de la mañana así que era momento de prepararme. Busque el interruptor de la luz y lo encendí, el día anterior había sido muy difícil encontrarlo, se encontraba oculto. La tarde anterior la había pasado arreglando un poco el lugar mientras Edward dormía. Sabía que la falta de los medicamentos lo estaba afectando, quizás más de lo que creí en un principio, el hecho que se viese cansado era un mal indicio. Me arregle lentamente, no debía apresurarme, de todas maneras ya me encontraba en el hospital, no podía llegar tarde.
Una vez lista, Salí del cuarto.
Abrí la puerta con cuidado de no hacer ruido. El cuarto contiguo estaba a oscuras también, así que intente no golpearme mientras lo atravesaba.
Pero aun en la oscuridad pude notar a Edward en su cama, estaba dormido, pero en su rostro había una mueca de angustia y su frente estaba perlada de sudor. Me preocupe.
Me acerque más a él, me senté en la cama y con delicadeza pase mi mano por su frente quitando el sudor que tenia. Pareció relajarse un poco con mi tacto. Suspiro y se giro.
Me levante de la cama y Salí de la habitación. Debía buscar el desayuno de Edward. Aunque tuviese que ser la horrible comida de aquí.
En cuanto llegue al hala principal mi celular sonó. Rápidamente lo conteste.
-Buenos días-
-Hola Bella, como estas?- era la voz de Alice
-Alice, hola. Bien, gracias. ¿Qué sucede?- pregunte un poco preocupada, era demasiado temprano para su llamada.
-¿Crees que puedes salir del hospital? A la calle- me pidió.
-¿Para qué?-
-Solo hazlo. Confía en mí- y colgó.
Con un poco de duda lo hizo.
En la calle estaba helando horriblemente. Me abrace a mi misma para tener un poco de calor.
Camine un poco intentando encontrar cualquier cosa que Alice quisiera que viera.
Espere un rato hasta que la note. Alice estaba de pie frente a un edificio en la calle opuesta, llevaba un abrigo azul largo, llevaba puesto unos grandes lentes oscuros, raro para la hora que era.
Con cuidado cruce la calle para encontrarme con ella.
-¿Qué haces aquí?- pregunte casi horrorizada por la hora y las condiciones en las que había decidido salir, sin contar el no saber sus motivos.
-Toma, te traje desayuno para ti y para Edward, también traje el almuerzo y te traje un café.- dijo mientras levantaba el paquete que cargaba en una mano y el vaso de café en la otra. Su gesto me dejo con la boca abierta.
-¿Por qué te has tomado tantas molestias?-pregunte aun perpleja por su acción.
-Bueno, supuse que querrías comer comida decente- contesto encogiéndose de hombros.
Tome el paquete de sus manos.
-Muchas gracias Alice. Eres la mejor- dije con una gran sonrisa.
-Ya lo sabía. Por cierto ¿Cómo está el?-
-Bueno, ayer tuvo terapia con el nuevo doctor. Fue un poco difícil. Hablo de una chica que conoció aquí. De una chica que era maltratada. Curiosamente se llama como tu- dije descuidadamente.
-En… en serio- hablo en un tartamudeo.
-Si. Me dio tanta tristeza como hablo de ella. El era solo un niño cuando la vio-
-¿Desde cuándo esta el aquí?-
-Hace diez años está internado ¿Por qué?-
-Solo curiosidad.- contesto pensativa- Bueno, debo irme- se acerco a mí para darme un beso en la mejilla. –Cuídate y saluda a Edward de mi parte-
¿Qué lo saludase? Si no lo conocía. Bueno, fue raro.
Se alejo de mí antes que pudiese contestarle algo. Aun tenía la curiosidad de sus anteojos tan innecesarios al menos a esta hora, pero no me dio tiempo de preguntarle.
Volví a las instalaciones del hospital mientras empezaba a tomarme mi café.
Me encontré a Sue quien estaba dándoles instrucciones a otras enfermeras.
-Isabella, buenos días- me saludo ella feliz.
-Buenos días.- conteste- ¿No sabe si ya llego el doctor Withlock?-
-Esta en la oficina. No se fue en toda la noche- me extrañe ante su respuesta.
-¿Y qué está haciendo?-
-A pasado toda la noche revolviendo antiguos expedientes. No sé exactamente lo que busca- me contesto bajando la cabeza para ver lo escribía.
-Que raro- musite mientras le daba otro sorbo a mi café.- Gracias-
-Sin problema- la oí contestarme mientras caminaba.
Tuve curiosidad de saber que hacia Jasper desde la noche anterior, así que decidí pasarme por su oficina.
Puse el paquete de comida en un carrito de comida junto a mi café.
Toque la puerta y escuche un lejano "pase".
-Buenos días- dije mientras cruzaba la puerta.
-Buenos días- contesto él. Estaba sentado en el suelo con un millón de expedientes médicos a su alrededor. Llevaba la misma ropa del día anterior y su rostro estaba completamente demacrado. Su cabello rubio estaba completamente revuelto y en el escritorio había muchas tazas de café vacías.
-¿Qué está buscando?-
-Un expediente-
-¿si?- pregunte esperando que me dijese mas, pero él seguía ensimismado en lo que hacía.
-He buscado toda la noche. No está aquí- susurro hablando con el mismo
-¿Necesita algo?-
-Nada, gracias. Nos veremos más tarde- con esas palabras entendí que quería que desapareciera del lugar
Salí de la oficina aun intrigada por su raro comportamiento. Pero lo deje pasar, de todas maneras, ¿que me interesaba a mí lo que el buscara?
Volví a tomar mi café y las demás cosas para dirigirme a la habitación de Edward.
Cuando entre note el enorme desorden que había y Edward sentado en una esquina de la habitación abrazando sus rodillas con sus brazos.
-Edward- llame asustada.
-¿Bella?-pregunto el confuso, como si no creyese que estaba ahí. Se levanto de su lugar y note sus ojos completamente angustiados.
-¿Qué te paso?- pregunte mientras ponía las cosas en la mesa
-Yo…yo...no se…no estabas….pensé….creí….no se….yo- me hablaba atropelladamente.
-Tranquilo. Tranquilo- dije mientras lo abrazaba- Estoy aquí. Respira-
Parecía que tenía un ataque de pánico. Y no entendí la razón.
Cuando se tranquilizo por fin pude hablarle.
-Ahora si ¿dime que paso?-
-Pensé que te habías ido. Me asuste. No quiero que te vayas—
-Tranquilo, sabes que no te dejaría, te lo he dicho, estaré aquí contigo- dije mientras acariciaba sus espalda para calmarlo.
Me había sacado un susto enorme.
¿Cómo podía creer que lo abandonaría?
El era todo en mi vida.
-Levantemos este desorden- aconseje una vez el estuvo completamente bien.
El me ayudo a levantar los cuadernos y todo lo demás del suelo.
Cuando terminamos le pedí que se sentara para desayunar.
-¿Quién hizo la comida?- pregunto
-Bueno, una amiga me la trajo-
-Pues está muy rica- sonreí ante su comentario
-A ella le alegrara saber que te gusta. Dice que te manda saludos-
-¿en serio? ¿Y cómo se llama?-
-Pues… ella se llama Alice- conteste un poco preocupada por su reacción. Tal vez pudiese confundirse.
Pero no dijo nada. Termino su desayuno y yo también termine el mío.
No quiso salir de la habitación y entendía el porqué. Se veía muy cansado, parecía no haber dormido en toda la noche. Sus ojeras eran más profundas. Empezaba a angustiarme por él.
La mañana pasó muy despacio. Edward estuvo recostado toda la mañana, por momentos lograba dormirse pero casi instantáneamente volvía a despertarse.
Cerca de las diez de la mañana se me ocurrió algo.
-¿Quieres que te cante algo para que puedas dormir?- pregunte cuando vi que volvía a abrir los ojos después de unos minutos.
El solo movió su cabeza en afirmación cansado.
Me senté a su lado.
-Pon tu cabeza aquí- le pedí mientras palmeaba mis piernas para que descansara. Lo dudo por un momento pero lo hizo.
Empecé a acariciar su cabello con cariño y empecé a cantarle una canción.
Sus ojos se cerraron por un momento, seguí cantando hasta que creí que él estaba dormido. No me levante de mi lugar para no despertarlo, mi mano seguí moviendo su cabello.
Contemple sus rostro, parecía tranquilo, y eso me alegro, significaba que dormía en paz.
-Te quiero mucho, Edward- susurre, sabía que él no me escucharía, pero necesitaba decírselo. Necesitaba sacar de mí esas palabras que mi corazón tenia para él, a pesar de todo.-Jamás te dejaría- seguí diciéndole, intentando desaparecer los miedos que lo atormentaban.
Pasaron dos horas de esta manera, yo susurrándole palabras de amor, cariño y comprensión. Diciéndole todo lo que despierto no podía o mejor dicho no debía.
La puerta abriéndose me asusto. Jasper la atravesó y me dio una mirada reprobatorio pero no dijo nada de mi posición.
-¿Cómo evoluciono durante la noche?- pregunto sereno.
-Aparentemente no ha tenido nada. Pero creo que no puede dormir. Toda la mañana ha estado entre dormido y despierto, hasta hace poco logro dormirse- dije suavemente mientras seguía acariciando su cabello.
-¿Puedes despertarlo?- asentí.
-Edward, cariño. Despierta, el doctor Withlock está aquí- susurre cerca de su oído.
El abrió los ojos lentamente, rápidamente enfoco su mirada en mi rostro y sonrió. Dirigió su mano a mi mejilla y la acaricio tiernamente.
-Hola, preciosa mu….- se corto al notar a Jasper en la habitación. Rápidamente se levanto de mis piernas y se sentó en la cama.
Jasper solo observaba con mirada calculadora.
-Hola doctor- lo saludo sin mucha emoción.
-¿Cómo estas Edward?- pregunto mientras se sentaba.
-Cansado-
-Eso puedo verlo. ¿Por qué no has logrado dormir?-
Edward me miro de refilón.
-No lo sé-
-Ya veo- contesto mientras anotaba.
En esta ocasión se dedico a hablar acerca de Elizabeth, la muñeca.
-¿Puedes decirme porque es importante?- dijo con seriedad.
-Ella…solo... solo lo es.-
-¿Por qué ya no lo es tanto?-
-Claro que lo sigue siendo-
-No me parece, en las anotaciones de Carlisle dice que no había día que no hablases de ella. A mí nunca me has hablado de ella hasta hoy-
-Yo… no se…-
-¿Si te pidiese que me la dieses, lo harías?- pregunto.
Yo me quede sorprendida ante su petición. ¿Que no sabía lo que ocasionaría?
Carlisle había dicho que entraba en ataques de pánico como…. como el que había tenido hoy.
Edward no contesto.
-Seria por tu bien. Debes dejar de depender de ella.- no entendí su argumento, si estaba diciendo que Edward ya no le daba tanta importancia como antes, no hacía mucha diferencia.
Edward seguía sin hablar.
-Tú quieres mejorar ¿verdad? Tú quieres salir de aquí. Eso te ayudaría mucho- siguió insistiendo Jasper.
-Pero…. me promete cuidarla…. ¿me lo promete?-
-Claro que si Edward-
-Está bien- contesto Edward poniéndose de pie para tomar a Elizabeth y dársela a Jasper.
-Adiós Elizabeth- susurro a la muñeca
-Eso estuvo muy bien Edward- le felicito Jasper- Creo que por hoy hemos terminado- dijo poniéndose de pie.
Hizo el mismo ademan que el día anterior para que lo siguiese.
-Edward porque no te acuestas un rato, cuando vuelva te cantare otra vez para que duermas otro rato, ¿si?- el estaba triste, pero al menos no había entrado en crisis nerviosa.
Cuando Salí Jasper me esperaba.
Solo me veía serio.
-¿sabes qué significa?- dijo levantando la muñeca.
Negué.
-Ha cambiado al objetivo de su fantasía. Ha transmitido los sentimientos de esta muñeca a alguien más. ¿Sabes a quien?- pregunto lúgubre- A ti. Felicidades, eres su nueva muñeca- dijo sin emoción en la voz.
Yo me quede sin voz. Eso no podía ser.
-Te aconsejo que no sigas alimentando su "amor" hacia ti. Todo lo que representaba esta muñeca lo ha pasado hacia ti, porque tú reúnes todos los ideales que ella representa para él, amor, cariño, protección. Y eso definitivamente no es saludable.
-¿Cómo pude estar tan seguro?- pregunte con la voz cortada.
-Es un cuadro muy común en casos como Edward. No puedo cambiarte por otra enfermera porque Carlisle ordeno que fueses tú específicamente quien estuviese con él, pero si pudiera ya no estarías con él. Así que por su bien, te pido, no lo alientes más- dijo mientras se daba la vuelta y se aleja.
Mis ojos se llenaban de lágrimas.
Yo no quería eso. Yo no quería que me viese como a la muñeca.
Yo quería su amor, su cariño. Solo eso.
Con el corazón abatido regrese a la habitación.
Edward estaba acostado en su cama pero no dormía.
Me senté junto a el por inercia.
Puso su cabeza en mis piernas otra vez. Y yo empecé a acariciar sus cabellos.
-¿no extrañaras a Elizabeth?- pregunte con voz monocorde.
-Un poco, pero tu estas aquí ahora- murmuro medio adormilado.
Sus palabras fueron como un golpe a mi corazón. Detuve mi movimiento.
-Edward, ¿como me ibas a llamar antes que entrara Jasper?- pregunte con hilo de voz.
El abrió sus ojos y se sentó.
-Preciosa muñequita- dijo con ternura en la voz.
Un sollozo intento salir de mis labios pero no lo deje escapar.
-¿Por qué?- pregunte con la voz temblándome.
-Porque eres tan bonita. Igual que las muñecas de porcelana. No, aun mas preciosa y aun más delicada- dijo pasando su mano con delicadeza desde mi pómulo hasta mi barbilla. Y en ese momento no supe que hacer, si alejarme de él y no volver a esa habitación o quedarme ahí y recibir su atención aunque para él fuera una muñeca de porcelana, aunque nuestros sentimientos no fueran los mismos.
Yo lo amaba y el solo me veía como a una muñeca. Mi corazón no podía soportar semejante dolor.
Mis ojos volvieron a inundarse a causa de la angustia que sentía.
Con todas mis fuerzas me trague las lágrimas. E intente esbozar una sonrisa.
-Vuélvete a acostar Edward. Necesitas descansar- musite aun con la voz frágil
Él lo hizo sin chistar.
Continúe con mi arrullo hasta que él se quedo dormido.
En ese momento permití que las lágrimas descendieran silenciosamente por mi rostro.
-Yo te amo- musite en un sollozo.
No sabía porque lo decía, solo sabía que dolía.
Dolía como el infierno, porque ahora si estaba segura. El jamás podría corresponderme de la manera en la que yo lo anhelaba.
Pero también estaba segura de que no podría abandonarlo. No ahora que era su único apoyo.
A pesar de todo, lo amaba, y estaba dispuesta a pasar esa tortura con tal de ver su rostro todos los días, con tal de ayudarlo soportaría el convertirme en su "muñeca" entendiendo que jamás seria su "amor".
-¿Sabes amor? no te dejare nunca. ¿Sabes por qué? porque a pesar de todo es que te podrás recuperar y algún día tendrás una vida y yo con eso seré feliz.- dije con lagrimas cayendo de mis ojos.
Levante su cabeza y la acomode en la almohada. Pero no me aleje de él, me mantuve contemplando su rostro tranquilo.
Con delicadeza pose mis labios sobre los suyos, este acto jamás podría hacerlo con el consiente y estaba segura que jamás se repetiría.
-"Preciosa muñequita"- musite sin ganas- Por ti lo sería mi amor, por ti lo seria- murmure antes de alejarme de su rostro de ángel.
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Continuara...
mm..bueno..les queria avisar que ahora no se cuando actualizare otro nuevo capitulo..porq stefany (autora del fic) aun no actualiza el fic...apenas lo aga subire el poximo capitulo....no qeria subir capitulo hoy porque a lo mejor tardare mucho en subir el proximo..pero iwal se los dejo....;)
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