AYER ENCONTRE ESTE GENIAL FIC Y ME RECORDE DE Q YA LO HABIA LEIDO ANTES Y PENSE EN SUBIRLO DE INMMEDIATO...OVIAMENTE ACLARO Q YO NO LO ESCRIBI Y LA GENIA QUE MERECE LOS MERITOS SE LLAMA :
" Asuka Ishida "
ELLA ES LA GENIA QUE MERECE LOS MERITOS ..NO YO..BUENO ESPERO Q LES GUSTE...Y AMEN LA HISTORIA COMO YO..PORQ ME ENCANTOOO !!!YO LO HAGIO CON MUCHOO RESPETO...NO QIERO FALTARLE EL RESPETO A LA AUTORA..SOLO QIERO Q CONOZCAN SU ERMOSO TRABAJOO...LES ENCANTARAA MUAJAJJAJ..
AQUI LES DEJO EL PRIMER CAPITULO..SIN ANTES RECORDARLES QUE SUBIRE LOS OTROS FICS QUE HABIA DICHO..YO CUMPLO CON LO QUE DIGO...ASI Q NO PIENSEN QUE LO OLVIDE...OK??
XD :)
CAP.5:
.Perdición.
Después de vaciar Channel, D&G y otras diez tiendas mas, Rosalie y Alice no parecían haberse saciado. Los pobres Emmett y Jasper se asemejaban a almas en pena: Cargaban bolsas, incluso sus brazos parecían haberse convertido en percheros por tantas bolsas que traían colgadas de sus extremidades.
Mientras tanto, yo cargaba una considerable cantidad de ocho bolsas y para mi fortuna la tarde amenazaba por dar paso a la noche y debíamos regresar a casa antes de que mi esposo se volviera loco y literalmente destrozara la casa…y eso no era misión imposible para él.
- ¡¿No fue divertido?! – soltó Alice con un gritito de satisfacción.
- Lo hubiera sido si subía a la montaña rusa – reprochó Emmett con tristeza.
- Te dije que pararas de decir eso! – regañó su rubia esposa.
- Era tan grande – le brillaron los ojos con ilusión. Reí mentalmente – con tantas vueltas…
- Un mes sin sexo – Rosalie sentenció y miré a Emmett temblar de miedo.
- Por eso decía que calladito me veo mas bonito, jeje – rió nerviosamente el fortachón.
De reojo vi a Jasper extender un brazo y apretar el control del auto. Las luces de la Hummer centellearon cuando estábamos a pocos metros del vehículo y la cajuela se abrió sola. Emmett y Jasper acomodaron las compras de sus esposas que cargaban y con un rápido movimiento Emmett apareció frente a mi y me quitó mis bolsas al mismo tiempo que me guiñaba un ojo.
Le sonreí agradecida y entré a la camioneta. Jasper ya estaba al volante, Alice a su lado y Rosalie junto a mi. En un segundo Emmett entró y se sentó en el espacio que quedaba.
- Jazzy, pon música – pidió Alice haciendo ojos de perrito a medio morir.
- Sí Jazzy, pon música – repitió Emmett tratando de imitar a Alice.
Alice y Jasper se voltearon a ver a su musculoso hermano, lanzándole sendas miradas de enojo.
- ¿A quien le dices Jazzy? – preguntó Jasper, con la mirada sombría.
- Eh… ¿A ti? – balbuceó Emmett.
- Después no me digas que no te lo advertí, Em – se volteó de nuevo Jasper. Sentí la ira descender en el auto.
- Descuida, cariño – rió Alice. Algo se trae entre manos – Osito Emmett es totalmente inofensivo, su domadora me lo dijo hoy.
- ¿Osito? – preguntó Jasper, partiéndose de la risa.
Comencé a reír también. No sé si fue al recordar el momento en el que a Rose se le escapó el apodo o por las emociones que Jasper estaba teniendo.
- Rosalie!!!!!!!!! – gritó Emmett. Rosalie solo atinó a sonreír lo mas arrebatadoramente que pudo para tratar de calmar a su esposo.
Reímos por un rato más, hasta que Jasper estaba tranquilo y encendió el coche. El camino transcurrió relativamente tranquilo. Pasé buena parte de él contemplando la ventana, pensando en los acontecimientos recientes.
Jake había estado en Seattle, y sé que aunque no me lo dijo, huyó para reconstruir su corazón desvaído. Era un consuelo saber que ahora está feliz y quizá haya superado el dolor que le causé al elegir a Edward…y todo lo que sintió al recibir la invitación.
No quiero enojarme con Edward por eso, y tal vez Jacob tenga razón, pero pasó por alto mi deseo de no hacer daño a otra persona. Sea la razón que haya sido – hacer lo correcto o no – ya había tomado una desición que pensé mejor para mi mejor amigo, y él simplemente la pasó por alto.
Sin embargo eso ya es pasado. Quizá el último mes me estuvo ignorando, pero ahora sé que no es su culpa. Él tan solo fue noble como siempre lo ha sido. Perfecto. Eso es. Perfectamente adorable, compasivo al querer ayudar a alguien que solo quiere causar daño.
Ahora que lo veo de ésa forma me siento mas tranquila…quizá exagere en mi manera de tratarlo. No tuve razón, ni siquiera algún motivo para desconfiar de él y lo traté de una forma horrible. Tengo que disculparme con Edward no merecía que le gritara.
Apenas llegamos ni siquiera esperé que estacionaran el auto en el garage, y aún estábamos en movimiento – a una velocidad insignificante – cuando bajé a zancadas. Apresurada llegué a la puerta principal.
- Quiero verlo, abrazarlo…besarlo como no lo he hecho en estos días. Hacer el amor con él…- pensé, llena de júbilo.
Abrí la puerta emocionada, con una sonrisa en el rostro.
Pero la sonrisa desvaneció, igual que toda emoción que pudiera tener. Todo.
Todo simplemente desapareció.
Un sonoro sollozo quedó atrapado en mi garganta desgarrando las cuerdas vocales. Me quemaba por dentro y no era precisamente a causa de ponzoña.
En ese piano de cola en el que Edward compuso mi canción, el mismo en el cual la tocó el día de nuestra boda, estaba sentado en el banquillo con Tanya.
Besándola, como si nada más existiera.
No quería llorar, no podía. Pero mi mente, débil por lo que estaba viendo, me traicionó y solté un sollozo mientras mis ojos se nublaron abriendo paso a una densa cortina de lágrimas.
Se alertó e hizo un lado a esa mujer.
- E…Edward…- salió de mi garganta en un intento por decir tantas cosas.
Decirle que no se hubiera detenido, que yo no importo. Pero no pude. Sólo me di la media vuelta buscando un poco de apoyo, sentía que en cualquier momento mis piernas no me responderían y caería. Seguramente ganándome algunas puntadas en la cabeza…pero sinceramente, no me importaba terminar en el hospital.
En un parpadeo estaba a mi lado, sentí sus frías manos sostenerme de un brazo…pero no lo mire. No quería verlo. Ver sus ojos, su cabello…sus labios.
- Bella, mi amor – me dijo en un tono desesperadamente suplicante – no…no es lo que parece…
- ¡Suéltame! – no lo miraba. Forcejeé para tratar de soltarme de sus brazos de piedra.
- Tienes que creerme – suplico de nuevo – sabes que no hay otra mujer que tu para mi en todo el universo…Bella! Escucha por favor…
Alce la cara y lo miré. Su rostro estaba completamente desencajado, lleno de dolor y respiraba dificultosamente.
- Me voy, Edward – le dije como pude, sintiendo las lágrimas rodar por mis mejillas pero aún así, mirándolo directamente a los ojos.
- No, Bella por favor, por favor – suplicó. Sé que estaba actuando como si en realidad llorara, pero no me lo voy a tragar…no esta vez – por favor, no me dejes. Te juro que…
- No me jures nada, solo quédate y sigue disfrutando! – sollocé.
Volteé en dirección al piano, y ahí estaba. Tanya. Con una siniestra mueca malévola llena de satisfacción y gloria.
- ¿Qué sucede? Bella… ¿por que estas llorando? – Alice preguntó casi en un susurro.
- Oh, Alice – corrí a sus brazos que me recibieron abiertos – Quiero irme, llévame a casa de Charlie…vamonos!
- Jazzy – llamó Alice. No podía ver, pero estoy segura que estaba muy cerca – dame las llaves de la camioneta.
- Esta bien – escuché unas llaves tintinear.
- Yo manejo – escuché a Rose decir.
- No! Esperen… – Edward hablaba gritando – TENGO que hablar con Bella, no la lleven…
Sentí como me tomaba de una mano. Reconocí su tacto.
- ¡No me toques! – le grité, aún abrazando a Alice. Sin querer mirarlo.
- Bella, mi Bella – repitió – no te vayas, déjame explicarte!
- Sólo vamonos, por favor Alice – supliqué.
Me levantó sin esfuerzo con un brazo, mientras con la otra mano me acariciaba el cabello tratando de reconfortarme. Todo me daba vueltas, en cualquier momento perdería el conocimiento…o eso creo.
- Bella! – gritó la voz de mi ángel a lo lejos – ¡Suéltame Emmett!
- Entiéndelo, hermano – escuché difícilmente – se quiere ir.
- NOOO! Bella – llamó de nuevo. Pero era mentira, mi corazón estaba cayéndose en pedazos al escuchar que seguía mintiendo…una y otra vez.
Una puerta se abrió y Alice me acostó en el asiento trasero de piel de la Hummer y me cerró la puerta.
- Todo estará bien, créeme – dijo Rosalie mientras encendía el motor.
- Tenemos que salir rápido, Rose – una extraña preocupación salió de Alice en forma de murmullo.
Un estruendoso rugido del motor hizo que mis sollozos se escucharan menos y sentí lo rápido que avanzamos en reversa.
- ¡Bella! – esa voz suplicante de nuevo, esta vez en un grito prolongado. Largo. Desgarrador.
Lo escuché, vivo y a todo volumen aún cuando parecíamos habernos alejado lo suficiente de la casa Cullen.
Estaba lejos y en camino a la casa de mi padre, tratando de no sentir el dolor de mi corazón roto.
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CAP.6:
. Verdad al Descubierto .
(Edward POV)Habían pasado un par de horas desde que Bella se fue herida a casa de su padre, Emmett seguía con la tonta idea de que tenerme aprisionado entre sus fuertes brazos es la mejor alternativa…pero, discrepo totalmente con él. La mejor alternativa es ir por Bella para rogarle la oportunidad de explicarle lo sucedido.
¿Cómo se lo voy a explicar? Si aún yo, un vampiro que se mueve a milésimas de segundo no sé lo que sucedió. Estoy ampliamente convencido de que estaba por ir a abrirle la puerta a mi adorable esposa cuando me vi contra el rostro de Tanya…lo que supe después fue el impacto que me causó observar el frágil y hermoso rostro de mi Bella lleno de dolor. Recordarlo aprieta mi muerto corazón.
- Emmett – acoplé toda la paciencia que pude – por favor, no seas ridículo.
- Lo siento hermano, pero las chicas lo dijeron – escuché muy cerca – y ya sabes como se pone Rose. Me lo agradecerás después…- pensó.
- ¿A que te refieres? – algo comenzaba a oler muy mal y no era un puma muerto.
- Edward querido – habló Tanya, feliz por no sé que razón. Este momento no tiene nada por que alegrarse – pareces muy incómodo. Em precioso, no hay razón por la cual tratar así al pobre Edward, no hizo nada malo – se pavoneó.
Escuché un gruñido proveniente de mi hermano y fruncí el ceño. Estuve a punto de forcejear contra Emmett cuando dijo algo que no creí que dijera.
- Cállate pequeña víbora venenosa – en todas las décadas junto a Emmett no lo había escuchado hablar lleno de rencor – no creas que no sabemos…- dijo – Espero que Carlisle reconsidere quemarte viva…me apunto en la lista –se carcajeó maquiavélicamente en sus adentros.
La mirada de Tanya se oscureció y como de costumbre, ningún pensamiento vino a su mente. Un factor extraño. Antes, cuando íbamos a Denali siempre pude leer lo que pensaba…nadie que conociera mi don ha hecho eso antes, excepto Alice y mi familia cuando tratan de darme alguna sorpresa o evitarme las malas noticias. Si tomo esto como base entonces…
- ¿Ya las sacaste del auto? – preguntó Emmett y su voz retumbó en mis tímpanos. Realmente debe aprender a hablar sin gritar.
Jasper entró a zancadas a la estancia y asentó dos cajas negras sobre la mesa. Un inusual olor a pólvora llenó mis fosas nasales. ¿Pólvora? Nadie en la casa utiliza pólvora – salvo Emmett, para sus fuegos artificiales el 4 de Julio – pero aún así, las locuras de mi hermano no llegan a dejarla adentro de la casa el resto del año.
- No me tardé nada – el rubio le contestó y volteé a verlo – debió ser fácil instalarlas…- miró suspicazmente al otro lado de la habitación - por cierto, llamó Alice – dijo Jasper como autómata – ella y Rose fueron por Carlisle. En nada estarán aquí…
- Sea lo que sea! – Dije – no puedo quedarme a una insulsa reunión familiar. Bella…
- Edward, Bella está a salvo y es lo que interesa – dijo Emmett obviando la realidad. Se escuchaba algo aliviado ante eso.
- Cierto – completó mi otro hermano, que aún seguía frente esas extrañas cajas negras – estando aquí corría peligro…
- ¿Qué¿A que se refieren? – Pregunté - ¿No se dan cuenta que la herí? Por supuesto que no dejaré así las cosas…
- Oh, mi querido Edward claro que lo harás – gruñí al escuchar a Tanya ( que era una amiga muy cercana a mi ) decir eso – Es una simple humana ¿Qué importancia tiene?
- No! Es mi esposa – debatí - ¿Cómo se te ocurre decir tal blasfemia? Ser humana no le resta valor.
- Muy pronto será como nosotros – Jasper interrumpió – Y temblarás…- pensó con malicia.
- No lo daría por hecho – el rostro de Tanya se contrajo lleno de ira. – encontraré una forma para que la muerte los separe antes de eso…
Gruñí sintiendo cómo la el monstruo en mi interior se llenaba de ira al comprender sus verdaderas intenciones. Golpeé a Emmett en las costillas, librándome de su agarre y avancé con toda la velocidad que tengo hacia Tanya, clavando los dedos en su garganta, tratando de romper cada hueso posible.
- Emmett! Jasper! – la voz de Alice llenó la habitación, pero no le presté atención. Seguía mirando a esa despreciable mujer.
Mis dedos se hundían mas y más en su piel de roca, hasta que unos brazos tiraron de mi y me sostuvieron de ambos brazos. Jasper y Emmett me sostenían cada uno en cada brazo. Gruñí fúrico.
- Rosalie, ten la amabilidad de inmovilizar a nuestra invitada – la cortés voz de Carlisle dijo – Edward, compórtate – pensó hacia mi.
Rosalie le pasó un brazo por la garganta formando una llave y le tomó de las muñecas con su otra mano.
- Edward, antes que nada – comenzó Carlisle – me di una vuelta por casa de Charlie, le receté a Bella unos calmantes. Estará bien por la mañana – aseguró.
Al menos ahora estoy mas tranquilo en ese aspecto. Mi ángel está a salvo y se sentirá mejor…al menos en la parte de la salud.
- Gracias, Carlisle – le dije sinceramente.
- Todo sea por ayudar a una hija mía.- sonrió paternalmente. Para Carlisle, Bella ya era una hija más de él y Esme. Pero su rostro cambió a uno de indiferente cortesía – Alice, creo que debes mostrarle a Edward tu visión.
- ¿Visión? – pregunté. No podía ser algo bueno.
- Sí – dijo Alice, con la mirada baja – esta madrugada tuve una visión de Bella y no fue nada…alegre –recordó mi hermana, y en ese momento imágenes me invadieron la mente.
Unas manos con las uñas pintadas de rojo vivo colocaban un par de cajas negras en el Audi Coupé de fue hacia mi a pedirme algo pero negué con la cabeza. El rostro de tristeza de Bella tras el volante y luego un ensordecedor grito al explotar la cabina del auto. Humo y metal chamuscado por todos lados.
- Carlisle…-llamé.
Estaba temblando. Temblando de ira. Quería a esa mujer fuera de mi casa, lejos de mi mujer…la quería muerta. Dudé sobre si ese fue su primer intento…hasta ahora y por todo lo que reste mi existencia no creo nada de ella. Antes mi amiga, una hermana…y ahora una asesina que quería matar al amor de mi existencia. Era imperdonable y ciertamente si la veía cinco minutos más alrededor de mi familia no tendría piedad en destazarla yo mismo.
- He llamado a Eleazar – dijo mi padre con un tono frívolamente casual – y no tiene problema en que la pongamos en el primer avión que salga en Port Angeles.
- Estupendo – reí entre dientes lleno de satisfacción. Conocerá a la bestia vengativa que recide dentro de mi, pero no ahora. Lo hará dentro de muchos años. Por lo pronto Bella es mi prioridad número uno…siempre lo ha sido a pesar de todos los errores que cometí el pasado mes.
- Es sorprendente pero…-dijo Rose riendo malévolamente – por primera vez concuerdo contigo Edward. Pongamos a esta…donde debe estar.
- Esme ya está en el auto – siguó Carlisle – Eleazar es un amigo muy querido mio – dijo, como si le pesase que una de sus hijas haya cometido tal atrocidad – y por respeto a el, escoltaremos a Tanya hasta el aeropuerto.
Rosalie comenzó a empujarla hasta afuera.
- NO! Edward! Edward! – comenzó Tanya en alaridos – ES UNA INSIGNIFICANTE HUMANA! Es mi anillo, eres mió!! – continuo. Pero simplemente, entró en un oido mio y salió en el otro – Te darás cuenta y vendrás a implorarme, me rog…!!!!
- Cállate! – la golpeó Rosalie en la cabeza, noqueándola.
- Gracias – dijeron Alice y Jasper en unisón.
- Esa es mi chica! – animó Emmett a Rose.
Una vez que Rosalie desapareció, Carlisle se acercó a mi haciendo que Jasper y Emmett soltaran sus matadores agarres.
- Edward, entiendo tu necesidad de aclarar las cosas con Bella – me dijo comprensivo – pero eso tendrá que esperar unos días…
- ¡¿Por qué?! – grité exasperado – Carlisle, Bella no puede quedarse con la idea de que besé a esa detestable mujer por mi voluntad! Demonios! No puedo leer su mente para saber que piensa realmente de todo eso…
- Piensa en su salud – dijo tratando de tranquilizarme – no es recomendable causarle mas conmoción después de el shock que tuvo.
- Lo sé – entendía a la perfección lo que mi padre trataba de decirme. Después de todo estudié medicina en varias ocasiones – pero…
- Mira, sólo espera unos días – justificó.
- Trataré – concluí. Mi padre sonrió y me dio unas palmaditas en la espalda antes de salir hacia el garage, donde Esme y Rosalie esperaban.
No podía poner peros. En realidad, mi padre estaba en toda la razón. Pero me costaría mucha fuerza de voluntad no querer correr a la casa de Charlie y ponerme de rodillas ante la belleza de esposa que tengo para rogarle perdón y misericordia. Y eso no está tan lejos de lo que pienso hacer.
No podría vivir sin Bella en mi existencia.
Y mucho menos sin su perdón.
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CONTINUARA....
COMENTEN...;)
SE BIENE MUY BUENO EL FIC..!!
domingo, 18 de octubre de 2009
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