domingo, 11 de abril de 2010

Fanfiction: Porcelana ♠

Bueno ha diferencia de otros fics q he subido en este caso la genial autora me autorizo y yo estoy muy feliz y agradecida con ella por eso...les comparto su Hermoso fic aca.....si quieren comentar, preguntar o algo no duden en hacerlo....;)
Bueno no se olviden que los creditos y meritos son para la genia q escribio este hermoso fic:
"
T.G.Kira" (Stefany) ella sube este fic en una pagina de fanfictions .

BUENO SIN MAS QUE DECIR LES DEJO EL 15º CAPITULO DE PORCELANA:


PORTADA



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15.HORRIBLE PESADILLA, HERMOSO SUEÑO

-Edward, despierta- la delicada voz de Bella me llamaba- Edward- sentía su cálida mano sacudiendo mi hombro.-Edward, despierta.

Con mucha dificultad abrí los ojos para encontrarme con la hermosa visión del rostro de Bella a unos centímetros del mío.

-Hola- susurre esperando que ella me contestaba.

-Hola- contesto con una sonrisa- Es hora de cenar. Así que arriba- su voz sonaba divertida y eso me hizo feliz.

-¿Dormiste bien?- pregunto mientras me daba espacio para sentarme y desperezarme un poco.

-Muy bien- conteste.

"¿Por qué le mientes? Dile que soñaste con la chica"

Había soñado con Alice, más específicamente con sus gritos.

Ya casi no la recordaba, no quería recordarla. El doctor Withlock me había obligado a recordarla, yo no quería.

Cuando recordé su rostro bañado de lágrimas y lleno de suciedad, su largo cabello negro enmarañado y su cuerpo lastimado quise llorar.

Solo la había visto una vez, pero sus gritos, sus gritos los oía todos los días, hasta que un día ella no grito más. Ya no grito porque ya no estaba.

-¿Sucede algo?- pregunto Bella al verme estático, no quería decirle de mi sueño, no quería parecer más trastornado de lo que ya podía parecer.

-Nada- intente sonreírle para que ella estuviese tranquila, otra cosa que quería impedir era que ella se preocupase.

Su rostro se veía más hermoso con una sonrisa que con su ceño fruncido, sus ojos siempre brillantes se volvían opacos cuando estaba preocupada, yo no quería eso. Quería verla sonriente y feliz siempre.

-Aun te ves cansado, ¿no has dormido bien, verdad?-

-Un poco, pero de verdad no te preocupes-

Por un momento pensé que insistiría pero no lo hizo. Cene en completo silencio, mientras ella terminaba de acomodar sus cosas en la otra habitación. Era una situación que me hacía casi saltar de felicidad: que ella se fuese a quedar conmigo. No se iría, estaría aquí. Esperaba que jamás se fuera, jamás me abandonase. Ella era muy importante para mí, yo la quería demasiado y no podía imaginarme que ella ya no estuviese.

Sin darme cuenta la comida de mi plato había desaparecido.

Bella recogió los platos sucios y salió de la habitación.

En cuanto salió yo entre a la otra habitación. Me sorprendí lo diferente que ahora estaba, mis cosas seguían en su lugar pero ahora había una cama, en ella estaba su maleta.

Ese lugar siempre había sido mío, nadie más entraba, pero ahora Bella lo ocuparía y no había otra persona que yo desease que lo hiciera.

Busque rápido la ropa de dormir que siempre usaba. Esme siempre me decía que debía cambiar mi ropa y yo le hacía caso a ella. Me cambie y Salí de nuevo a esperarla.

Suspire mientras me sentaba en mi cama. Posiblemente esta noche tampoco podría dormir.

Recosté mi cabeza un momento en la almohada y cerré los ojos.

Como había dicho Bella aun estaba cansado y deseaba dormir. En ese instante Bella entro a la habitación de nuevo.

-¿Listo para dormir?-

Moví la cabeza afirmativamente.

-Descansa- dijo mientras pasaba su mano por mi cabeza alborotando un poco mi cabello, cuando dejo de hacerlo camino hacia la otra puerta.

-Espera- ella se giro para verme- Quédate un rato, mientras me duermo, por favor- ella asintió y se sentó junto a mí.

Yo cerré los ojos. Casi inmediatamente sentí los dedos de Bella acariciando mi cabello y eso me relajo aun más para caer dormido en un momento.

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Desperté en medio de la noche. Todo el lugar estaba completamente a oscuras. Puse mis manos en mi rostro y pude sentir las gotas de sudor y lágrimas que caían por él.

Había soñado de nuevo con los gritos pero esta vez no eran gritos de Alice.

Eran los gritos de otra mujer, gritos desgarradores. Su voz, la voz de mis sueños se me hacia tan familiar, pero no lograba reconocerla.

Quizás lo más terrible del sueño era la oscuridad, no podía ver absolutamente nada, solo podía oír los gritos. Sentía una gran ansiedad al recordar esos gritos, desesperación, era como un hueco en el pecho al no saber quién era, al no poder hacer nada por ella.

Aun todavía consiente podía escuchar los gritos, dudaba mucho poder volver a dormir.

Rodé en la cama un par de veces intentando en vano estar cómodo, para nada lo estaba.

Me senté en la cama intentando enfocar la habitación a pesar de estar a oscuras.

Deseaba no estar solo, la angustia no me dejaba y la compañía de alguien me ayudaría a estar mejor.

Y en ese momento recordé que no estaba solo. Que Bella estaba en la otra habitación.

Sin pensarlo me puse de pie y a tientas empecé a caminar hacia su habitación.

Con mucha delicadeza abrí la puerta intentando hacer el menor ruido posible. Y con el mismo cuidado la volví a cerrar.

En su habitación había un poco más de luz, podía ver con más claridad. Rápidamente busque a mi preciosa Bella.

Ella estaba en su cama, ovillada con la cobija arremolinada a su cuerpo.

Su hermoso rostro estaba en completa paz, tan delicada, tan bella.

Me acerque despacio a su cama y me senté en el suelo, a la altura perfecta para seguir contemplándola.

Tuve la tentación de tocar su mejilla o acercar mis labios a su frente, pero no deseaba despertarla. Y definitivamente no deseaba asustarla. No deseaba que se sintiera incomoda conmigo.

Recordaba perfectamente su muestra de miedo y repugnancia hacia mí aquella vez que ella había venido a verme.

Había querido besarla pero claramente ella no quería eso.

Era algo normal, no podía sentirse completamente bien con mi cercanía. Y lo entendía.

-Te quiero, mi preciosa muñequita- susurre mientras movía un mechón de cabello que ocultaba su rostro.

Jamás se lo había dicho, por temor a asustarla más aun, pero era la verdad. Esperaba poder decírselo algún día, que supiera cuanto significaba para mí y que ella no se alejase.

Esa si sería una horrenda pesadilla, que ella me abandonase.

No podía permitirlo, mi preciosa niña debía permanecer conmigo siempre.

Y solo tal vez algún día pudieses tener una vida junto a ella.

Solo en tus sueños-

Tal vez lo fuese, pero era un hermoso sueño.

Cuando sentí que llevaba mucho tiempo ahí, decidí irme, con muchísimo cuidado Salí de la habitación y volví a mi cama.

Hundí mi rostro en la almohada y cerré los ojos fuertemente. Aun estaba cansado pero haber pasado tiempo observando a mi linda muñequita había valido la pena.

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Continuara....

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